Columnas

Lo grave de la Ley anti-meme…

El Fogón

Lo grave de la Ley anti-meme…

José Ángel Solorio Martínez

 La llamada Ley Mordaza aprobada hace unos días –y lista para ser publicada en el Diario Oficial del Estado- por el Congreso de Tamaulipas, México, es un abominable intento por censurar las opiniones tanto de los líderes de opinión, como de los dirigentes sociales tamaulipecos.

 No sólo va contra los periodistas. Está enfilada a la vez, contra el pensamiento y la actitud rebeldes del ciudadano común, que en las redes filtra sus iras y sus enfados anti autoridad.

 Aunado a su carga prohibitiva, es una muestra fehaciente de lo más podrido del sistema político regional que se posicionó de nuestro Poder legislativo. Es decir: tenemos un parlamento legítimamente constituido, que opera bajo esquemas ilegales por anti libertarios.

 Lo grave no es la Ley.

 Es tan absurda, -vulnera preceptos constitucionales tan fundamentales como la Libertad de Expresión e intenta -como si eso fuera posible- frenar libres y criticas manifestaciones antigubernamentales en la red.

 (Cualquier abogado de medio pelo, puede articular un amparo contra esa medida).

 Lo preocupante es la actitud de nuestros legisladores.

 Tener un Congreso así, es un retroceso.

 Aparte de una vergüenza.

  En la proyección de la Ley Censura, participaron todos. Así como todos, la votaron. Los diputados del PAN, los del PRI, los del PRD, los de MORENA y otros engendros del mal.

 ¿Qué les hizo, dar la espalda al pueblo?..

 Es sencillo de explicar en un escenario desierto de disputas electorales. Sólo un motivo pudo mover la ambición de los parlamentarios para asestarnos el picahielazo: el dinero. Las canonjías. Las compensaciones. Los trueques.

 El lodo por la Ley anti-meme, caerá a todos. A los parlamentarios –a todo el Poder legislativo- y de hacerse realidad, el cieno podría manchar incluso la envestidura del Ejecutivo estatal que tiene en sus manos –en mucho, toda vez que su partido hace mayoría en el Congreso- la mutación de ese proyecto en Ley.

 Esa repugnante Ley, es regresiva para la vida democrática tamaulipeca. Nos pone a la altura de los regímenes porfiristas.

 (Para la Ley porfirista, mentarle la madre al Presidente Díaz, era un delito gravísimo que el infractor debía enfrentar en los tribunales federales. En los archivos históricos, puede uno leer centenares expedientes de tamaulipecos que ebrios -o en su sano juicio- expresaron –así lo dicen las averiguaciones penales-:

 ¡Que chingue a su madre don Porfirio!).

 Hecho que para el mundo de las analogías, podría ser el Meme del Siglo XXI.

 A eso ha llegado el Congreso tamaulipeco: a ser garante de la moral y la integridad ética –como si la tuvieran- de los servidores públicos y de la autoridad en Tamaulipas.

 ¿Y la Ley que convierte la dirección de Cultura en una Secretaría?..

 ¿Y la Ley para intervenir los dineros de los grupos e individuos antisociales?..

 ¿Y la reforma electoral democrática que nos deben desde hace décadas?..

 ¿Y la ley contra la corrupción de los gobernantes?..

  ¿Y la Ley de apoyo a las víctimas del la violencia?..

  La Ley Censura no me preocupa. (En la práctica, construir decenas o centenas de identidades falsas en la red, es un pedazo de pan. Y más: los penales están tan saturados –y tan sencillo que es escaparse de ellos-, que a nadie acalambra el ir a la cárcel).

 Lo que en verdad intranquiliza, es poseer un Congreso con la estatura que está mostrando y un Ejecutivo estatal que se ha ido insensibilizado, a su paso como autoridad.

 Si la Ley tapaboca sale del horno, como está planeado, tendremos la certeza de que no merecemos el Ejecutivo y el Legislativo que tenemos…

 …y lo más decepcionante: en sólo seis meses, nuestro Ejecutivo y nuestro Legislativo, habrán dejado de merecernos.