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Los Gritos

Tribuna

Por Javier Terrazas

Los Gritos

Por lo general asociamos la palabra grito con la idea de alzar la voz para mostrar malestar o inconformidad contra alguien o algo.

Pero también se puede gritar de alegría, de gusto y emociones placenteras.

El “Grito de Dolores” que dio Don Miguel Hidalgo I. Costilla  en Dolores, fue del hartazgo a la opresión y en contra de los españoles, el grito de la inicio de la lucha por la independencia de México.

Pero ahora, en nuestra época, la ceremonia oficial que realizan las autoridades civiles municipales, estatales y federales, son de fiesta, de patriotismo, para recordar a esos héroes que iniciaron la gesta independentista.

Ayer, en la capital del país, el presidente Enrique Peña Nieto, presidió la última ceremonia de su sexenio alusiva a ese acto histórico. Por tanto fue un grito con sabor a nostalgia.

Un acto y ceremonia que valorará mucho más que las anteriores, porque  es de las últimas ceremonias masivas y populares a que acudirá con la investidura.

Y que a pesar de lo abollado que esa investidura pueda estar por los compromisos incumplidos y las fallas personales, familiares y de su equipo, el fervor patrio superará esos tropiezos.

Pero no pasará por alto que a pesar de su esfuerzo, hay gritos populares de inconformidad que le acompañarán por siempre:  Ayotzinapa,  Casa Blanca, Odebrecht.

Mientras en la capital de Tamaulipas, Ciudad Victoria, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, preside la ceremonia del “Grito de Independencia” de su segundo año como gobernador.

En donde ya pasó la novedad de su triunfo y resalta el compromiso mayúsculo con el ejercicio de un bueno gobierno, ante un escenario nacional adverso, por la llegada de otra corriente política, MORENA, con Andrés Manuel López Obrador.

Obligado está a escuchar no solo los gritos de alegría de sus seguidores por llevar la bandera de la alternancia, sino a los gritos de los oprimidos que siguen siendo muchos y que hasta ahora siguen esperando resultados.

Los principales gritos de los tamaulipecos son contra la inseguridad y violencia;  de desempleo y bajos salarios de los jóvenes, obreros e incluso hasta burócratas: de exigencia de paz para dinamizar  las empresas; de armonizar a todos los sectores y regiones sin filias ni fobias partidistas y electoreras.

Hay gritos de alegría, de emoción, de euforia como los que dan vitorear a los héroes,  de una reunión familiar o de amigos o del triunfo del Canelo Alvarez (si llega a ocurrir).

Y existen también los de coraje, hartazgo, dolor, impotencia, malestar con tal o cual acción o en alguna persona en especial.

Son los gritos de nuestra sociedad, de nuestro pueblo, de nuestra época y debemos tener la sensibilidad y  disposición para escucharlos.

Hay de gritos a gritos. Todos cuentan.