Columnas

MAGDA NO ENTIENDE: PIDE A GRITOS QUE LA ENCIERREN

HIPÓDROMO POLÍTICO

POR CARLOS CORTES

MAGDA NO ENTIENDE: PIDE A GRITOS QUE LA ENCIERREN

La ex alcaldesa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra no entiende. Su protagonismo es temerario, por decir lo menos, porque siente que sigue aferrada al poder y se sigue moviendo cuando su tiempo político ya se terminó. Y el problema de la mentora es que parte de su clan, de su cofradía política, manotearon de más al interior del Ayuntamiento y después tuvieron que abandonar el palacio municipal por la puerta de atrás, lo que no los exime de responsabilidades y castigos. Y por ello, seguro estoy, habrá consecuencias legales y políticas para quienes abusaron del poder y del dinero público.

En la gestión de la mentora no hubo un trabajo ni profesional ni serio. Ella sintió que la ciudad era de su propiedad y quiso obrar en consecuencia. Y además de ello, su responsable, o irresponsable de Servicios Públicos, Juan José Berrios García, intentó, sin éxito claro, meter en predicamentos al nuevo gobierno electo constitucionalmente, sólo por cumplirle un capricho, uno más, a la señorita Peraza, lo que finalmente no ocurrió, ante el profesionalismo y experiencia de la nueva administración que ha sabido contener la situación a tiempo. Y la tesorería se encontró, por decir lo menos, patas para arriba.

El desastre encontrado en el Ayuntamiento de Tampico, sobre todo en lo que a servicios públicos se refiere, concretamente en recolección de basura e iluminación de la ciudad, fue el motivo que originó que las luces rojas se encendieran en el cabildo. Y entonces, por mayoría, los regidores porteños decidieron llamar a cuentas tanto al ex Tesorero, Edgar Animas del Ánge,l como al ex Director de Servicios Públicos Juan Berrios García, para que expliquen la situación en que dejaron sus respectivas áreas. Un desorden para algunos, un caos para otros: miles de luminarias fundidas, cientos de toneladas de basura sin recoger y camiones recolectores de basura en deplorables condiciones.

Para que Usted se dé cuenta del nivel de desorden y caos que vivió Tampico en los últimos dos años, durante la administración de La Peraza, baste con decir que, durante el primer Martes Ciudadano encabezado por el nuevo alcalde, Jesús Nader y realizado en la Plaza de Armas, de 112 peticiones recibidas 87 solicitaban lámparas en el poste de la esquina. Insisto, ello prendió las luces de alarma que dieron cuenta que el desorden en Servicios Públicos es inconmensurable.

Por ello, entonces, será en la próxima sesión de cabildo cuando se designe a los regidores del actual cabildo porteño que integrarán una comisión investigadora, que se encargue de poner en orden la situación que impera tanto en la tesorería como en servicios públicos, circunstancialmente, dos de las áreas vitales del Ayuntamiento local.

Hay que recordar que por Ley la actual administración tiene 60 días para exponer inconsistencias, quejas y denuncias, sobre la entrega recepción de los bienes y cuentas municipales.

La Peraza, reitero, sigue en campaña. Se sigue moviendo cuando la principal regla del sistema político mexicano es que quien se va se autoexilia los primeros meses del nuevo gobierno para no causar ruido a su sucesor. Sin embargo, la Peraza se está pasando esta máxima por su irregular arco del triunfo, lo que no es nuevo.

Un día después de haber entregado la administración a Gustavo Torres Salinas, la Peraza, a través de su empleada de comunicación, Patricia Castro, convocó a los medios a una gira que hizo por la Laguna del Carpintero, cuando ella ya no era alcaldesa, ya no era naca. De ese tamaño son sus desvaríos e ínfulas por el poder de la Peraza.

Magdalena Peraza, la reina del rumor, va a seguirse jaloneando con quien se le ponga enfrente en sus absurdas aspiraciones a seguir colgada de la ubre gubernamental, cuando insisto, ella ya debería poner los pies en la realidad y entender que ella ya terminó su gestión como alcaldesa. Y si quiere ser diputada podría eventualmente buscar la candidatura, pero al interior del partido que la vaya a postular, porque a estas alturas del partido yo ya no se si la señorita Peraza es priísta, panista, verde, amarilla o morena. A estas alturas de su vida, a Magda le importa un pepino la cuestión ideológica y sólo le urge aferrarse al poder y al presupuesto.

¿Quién es Juan Berrios García? Un ambicioso cuate-cuate de la Magdalena Peraza Guerra, pero, lamentablemente, un tipo sin capacidad, sin preparación académica lo que ha sido calificado como una grave equivocación, una negligencia, que más allá de su gobierno le va a traer serias consecuencias a la señorita Peraza.

El periodista Héctor Garcés ofrece en su columna “El Kiosko, un dato que deberá ser investigado: “el Ayuntamiento de Tampico, en el periodo 2016-2018, suscribió convenios con 538 negocios (desde misceláneas hasta las más grandes tiendas de autoservicio de la localidad) para recolectarles la basura, convenios que iban, en promedio, desde los 200 pesos hasta los 14 mil pesos mensuales. Y una de las cosas que más llaman la atención de esos convenios es que no existen cifras exactas sobre cuánto dinero ingresó a las arcas municipales”.

Garcés señala que hay un ‘detalle’ que también debe ser investigado: “un grupo de inspectores salían a cobrar a los negocios pequeños, los cuales pagaban en efectivo. Una vez que recibían el recurso, los inspectores iban -se supone- al Palacio Municipal a dejar el dinero, pero… hay sospechas de que los traslados o las operaciones no siempre se concretaban. En este apartado despunta el estrecho vínculo entre el ex director de Servicios Públicos, Juan Berrios, y el ex tesorero, Edgar Animas, de quien asegura el columnista, “son compadres, socios y ‘amiguis’ del alma”.

También destaca el hecho de que dejaron una gran cantidad de vehículos desmantelados. De entrada, el taller era un auténtico ‘barril sin fondo’, lo que ha venido generando suspicacias y sospechas entre los funcionarios de la nueva administración porteña y deberá ser investigado porque a algún lado se fueron esos millones de pesos de recursos ciudadanos, que “alguien” se embolsó ilegalmente.

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