Columnas

MELHEM: ¿COMO EL PERRO DE LAS DOS TORTAS?

HIPÓDROMO POLÍTICO

POR CARLOS CORTES

MELHEM: ¿COMO EL PERRO DE LAS DOS TORTAS?

A estas alturas del partido, el PRI nacional dejó al PRI tamaulipeco a la deriva desde la elección local del 2016 en donde Francisco García Cabeza de Vaca avasalló al abanderado tricolor, Baltazar Hinojosa Ochoa. Desde entonces, ningún dirigente nacional ha venido a territorio cuerudo a, por lo menos, agradecer a la militancia habérsela jugado y la militancia priista tamaulipeca está consciente de ello, de ese triste abandono por parte de la dirigencia nacional.

Nunca vino a Tamaulipas Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI durante la elección de 2016; nunca ha venido a Tamaulipas la actual dirigente Claudia Ruiz Massieu; René Juárez Cisneros vino sólo en una ocasión a Ciudad Victoria durante la campaña presidencial en 2018. Y desde el primero de julio, ni un saludo para los tamaulipecos y, sólo latente, está la amenaza de cambio de dirigente estatal a falta de resultados de Sergio Guajardo Maldonado: perdió José Antonio Meade Kuribreña; perdieron Yahleel Abdalá Carmona y Alejandro Guevara Cobos, candidatos al Senado de la República y perdieron todos los candidatos a diputados federales. También, mordieron el polvo Magdalena Peraza, alcaldesa de Tampico, Oscar Almaraz Smer, presidente municipal de Ciudad Victoria y Chuchín de la Garza, alcalde de Matamoros. Vamos, el PRI prácticamente fue borrado del mapa tamaulipeco el pasado primero de julio.

En ese escenario, para la dirigencia nacional sólo quedan dos abanderados de los cuales se habla en los mentideros políticos: Enrique Cárdenas del Avellano y Yahleel Abdalá Carmona quien, me parece, no debe ser ungida como lideresa del PRI en Tamaulipas, debido a que ya es una perdedora, no pudo como candidata y entregó malas cuentas a su partido. Entonces, a mi parecer, sólo quedaría un candidato a la dirigencia tamaulipeca del PRI, el hoy delegado regional de la Secretaría de Gobernación.

Y quien pudo haber sido y no fue, como dice la canción, fue el ex diputado Edgar Melhem Salinas, quien ha tenido que enfrentar circunstancias tan difíciles que, de andar entre los gobernadeables, en el 2016, se fue al fondo del tablero de ajedrez político, sin futuro público en el mediano plazo: no fue candidato a gobernador de Tamaulipas en 2016, no fue candidato a alcalde en 2018, no será dirigente estatal del partido; no será funcionario federal y, la expectativa que tendría en su horizonte político será, únicamente, buscar ser candidato a la diputación federal el próximo año. Pero sin patrocinadores se ve complicado que quiera participar. Y si no participa a mediano plazo tendría buscar regresar a la cámara de diputados federal, en 2021 o a la alcaldía de Río Bravo en ese mismo año, aunque con la posible reelección del actual alcalde, Carlos Ulibarri.

Pero para cualquier participación política, Melhem tendrá que observar con lupa el escenario político, el que para cualquier mortal se ve difícil. No he dicho que el PRI esté muerto, no de ninguna manera, pero casi. Es un enfermo con cáncer terminal al que en lugar de estarle dando los primeros auxilios pareciera que le quieren dar los santos oleos.

Volviendo al caso de Melhem, en una entrevista con un medio local de comunicación, ofrecida en enero de 2018, el entonces diputado federal aseguró que buscaría la candidatura de su partido al Senado de la República, y anticipaba que “tanto la contienda interna como la constitucional para llegar al car­go, será complicada pero tengo la fuerza y la capacidad para poder lograr este objetivo”. Y nada, no pasó de una simple declaración, me imagino yo, al calor de la contienda electoral y de sus ganas de seguir viviendo de la ubre pública.

El 14 de octubre de 2017, Edgar ofreció su informe de actividades legislativas en Río Bravo, el cual reunió a la crema y nata de los priístas tamaulipecos y nacionales, en lo que parecía su destape rumbo a la candidatura al Senado. Sin embargo, no pasó nada y su compañeros de legislatura, Yahleel y Alejandro Guevara le ganaron la partida a Edgar, lo que lo obligó a guardar la cabeza como los avestruces, acción que ha mantenido al día de hoy, al ver que su escenario político se le va haciendo cada vea más complicado.

Además, al interior del PRI se ha convertido en chisme de lavadero que el cuñado incómodo de Edgar, Roberto Benett Ramos, traicionó a su partido a cambio de prebendas para él. En un video que se hizo viral en redes, Benett andaba ofreciendo empleos de 30 mil pesos mensuales a cambio de traicionar al PRI. Pero no será esta la primera ni la última vez que Bennet ande haciendo papelitos políticos a costa de Melhem y por supuesto en beneficio de su peculio personal. Baste recordar que cuando terminó su gestión al frente de la alcaldía de Río Bravo, dejó saqueado el Palacio Municipal y hasta pleito hubo por unos peces exóticos que a final de cuentas no fueron para nadie.

Edgar Melhem Salinas, quien por cierto fue coordinador del candidato presidencial del PRI en Tamaulipas, José Antonio Meade Kuribreña, le entregó malas cuentas al candidato ciudadano. Decepcionó en el Comité Nacional del PRI y en la casa de campaña del ex secretario de Hacienda, al haber quedado la votación presidencial en Tamaulipas de la siguiente forma: Andrés Manuel López Obrador logró 603,081 sufragios; Ricardo Anaya Cortés obtuvo 368,168 votos; y José Antonio Meade Kuribreña alcanzó apenas 179,052 votos. Un lejanísimo tercer lugar. Por cierto, en el Tercer Distrito Federal en Río Bravo, distrito por el cual Edgar fue legislador durante tres años, Meade quedó también en tercer lugar con 25,897 votos, lo que representó un 17.2037% de los sufragios. E igual en el tercer lugar quedaron los candidatos a senadores y diputados federales.

Copitzi Yesenia Hernández García, actual diputada local por Río Bravo, y quien podría buscar la reelección el próximo año, seguramente de ser abanderada tricolor, logrará los mismos malos resultados que en su aventura como candidata a Diputada Federal el pasado primero de julio, en donde mordió el polvo ante el candidato de MORENA, Héctor Joel Villegas González. Esa, insisto podría ser una ventana de oportunidad para Melhem, ser diputado local, pero aún falta por saber si se renueva la dirigencia estatal del PRI, conocer quien será el nuevo dirigente o dirigenta del PRI, quien es y quien o quienes lo impulsan, sus filias y sus fobias y si Edgar Melhem será un activo o se convertirá en un pasivo para su hasta hoy partido.

 

 

 

Y aunque no se ha confirmado, hay voces que aseguran que, ante la falta de oportunidades tricolores, Edgar Melhem andaría en proceso de coqueteo con los dirigentes de MORENA, buscando espacios de participación política. ¿Será? ¿O acaso Edgar se quedará como el perro de las dos tortas? ¿Regresará a la palestra de la participación pública o se auto exiliará de la actividad política-electoral? Es un hecho que en los últimos tiempos no le han salido las cosas a Edgar como él las hubiera deseado y eso ha le ha contaminado, y de fea manera, su carrera política.

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