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MEXICANOS ADMIRABLES A DISTANCIA

LETRA PÚBLICA

MEXICANOS ADMIRABLES A DISTANCIA

                                        RODOLFO SALAZAR GONZALEZ

Los Siete Sabios Mexicanos son fecundos personajes de la historia contemporánea de nuestro país, de quien las nuevas generaciones nadan o poco saben; menos ahora que están de moda los antihéroes. Muy poco se ha difundido la vida y la obra de estos prohombres, sin duda, porque fueron varones de la cultura y no hombres del poder.

Productos de la cultura derivada, como apunta Samuel Ramos, fueron educados y formados en el ámbito científico del positivismo, aunque después, por el impacto de la revolución soviética lo consideraron una ideología superada y hasta derrotada.

Antonio Castro Leal, Alberto Vázquez del Mercado, Vicente Lombardo Toledano, Teófilo Olea Leyva, Alfonso Caso, Manuel Gómez Morín y Jesús Moreno Vaca, son los Siete Sabios Mexicanos. Homónimos de los Siete Sabios de la antigüedad griega, vivieron al nivel de tan respetable calificativo. Actuando como auténticos prometeos en su afán de cambiar la realidad social. Criaturas extrañas en esa época interesadas por la cultura y la justicia; eruditos felices por ser capaces de leer en su lengua original a los enciclopedistas franceses.

A esta generación la creó la Revolución Mexicana. Fueron sus personajes culturales y educadores, ilustraron a Generales a líderes campesinos y obreros, que naufragaban en sus afanes de darle forma a un proyecto social para la Nación.

Vicente Lombardo Toledano, era hijo de un inmigrante italiano que hizo fortuna en México, lo que le permitió recibir las primeras letras en los colegios más exclusivos de la época.

Manuel Gómez Morín, hijo de un español, quedó huérfano muy temprano, siendo educado por su madre a quien llamó «Ángel tutelar», de él se decía «todo el mundo lo quería».

Alberto Vázquez del Mercado, hijo de un leal juarista que había servido en el gobierno de Lerdo de Tejeada, jurista, crítico con profundos conocimientos de literatura mexicana, sus biógrafos señalan que era burlón y bronco.

Jesús Moreno Vaca, murió joven en 1924 a lado del general José María Garza a quien le guardó increíble lealtad. Antonio Castro Leal, desde joven se aficionó por la estética y las bellas formas, cuajó como diplomático y fue rector de la UNAM, «daba la impresión de ser un cínico» jamás tomó en serio la Revolución, la llamaba «el triste espectáculo del mundo».

Teófilo Olea Leyva, luchó siempre por su estado a donde llegó a ser Presidente del Congreso Local, después de haber fracasado en su afán de ser Diputado Federal por Morelos, porque el zapatismo llegó violentamente suspendiendo las elecciones federales.

Alfonso Caso, era cerebral, proclive a la metafísica, se le confundió frecuentemente con el maestro Antonio Caso.

En 1916 formaron una sociedad que llamaron «De Conferencias y Conciertos» dónde decidieron difundir los siguientes temas: El socialismo, las asociaciones obreras, la educación, las instituciones modernas, la justicia. Algunos de los trabajos fueron publicados por «El Universal» gracias al maestro Antonio Caso.

Fue así como se fueron cubriendo de un «halo socrático» que jocosamente sus condiscípulos criticaban en los periódicos estudiantiles de la época. Alertando a sus compañeros que se cuidaran de los sabios porque querían monopolizar el talento en la República Mexicana.

Un condiscípulo de ellos, bien anónimo por cierto, llamado Aquilino Roma, los bautizó más bien por envidia que por admiración como: Los siete sabios.

A la muerte de Carranza, llegó al poder el «Sonorismo» -(Adolfo de la Huerta, Calles, Obregón)- que gobernó 14 años el país. Los sabios fueron llamados por De la Huerta, quien conocía a Vázquez del Mercado. Se subieron al «carro de la Revolución» entrando en  contacto con la realidad social de un país descarnado para después seguir cada uno los pasos que le dictó su conciencia.

Vicente Lombardo Toledano y Gómez Morín brillaron como editorialistas y políticos. El primero en la izquierda y el segundo en la derecha; fundando este último el PAN, quien  hoy es el partido político en la oposición, después de dos mandatos en la presidencia  de la República con Fox y Calderón.

A Lombardo Toledano lo escuchamos hace ya mucho tiempo en la plaza de la libertad aquí en Tampico, en donde apasionadamente hacia proselitismo político por el Partido Popular Socialista que logró crear.

De Don Alberto Vázquez del Mercado, nos enteramos en la casa de Don José Iturriaga (1975) que todavía vivía y que estaba orgulloso de no trabajar ni vivir del gobierno.

Como la historia reciente registra Don Albero Vázquez del Mercado era ministro de las suprema corte de justicia en el país y presento su renuncia por que esta falló en contra de Don Luis Cabrera en un asunto en el que el «cerebro de la revolución» como llamaba Octavio Paz a Don Luis Cabrera le fue quitado el triunfo en un juicio en donde le asistía la razón contra una empresa norteamericana en la que tenía intereses la familia Ávila Camacho.

Ya pasó mucha agua bajo los puentes y desafortunadamente Don José Iturriaga falleció hace cuatro años en Coatepec, Veracruz, donde vivió hasta los 97 años.

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