ColumnasTitulares

MÉXICO ANTE EL UMBRAL DE: ¿UNA OPORTUNIDAD REAL?

ANÁLISIS E HIPÓTESIS POLÍTICAS

Por Ramón Padilla Loo

El nuevo sexenio del gobierno “Lópezobradorista”

MÉXICO ANTE EL UMBRAL DE: ¿UNA OPORTUNIDAD REAL?

  • Periodistas en riesgo…y ¿los comunicadores?
  • Buenos VS Malos… ¿quién disparó primero?
  • ¿Somos gobernados por una humanidad pigmea?

Ante la cruda realidad que se avecina en nuestro país, después de las pasadas elecciones, sé está girando en el sentido de un verdadero cambio de gobierno que, desde ya, está  cimbrado los cimientos de todos aquellos cotos de poder gubernamental, empresarial, sindical y demás que se irán agregando, ya sea para su recomposición o desaparición, según sea el caso y que, hasta antes de la llegada de AMLO a la Presidencia de la república mexicana, se habían mantenido incólumes y contra viento y marea, llámense PRI, PAN y PRD.

Esto sin lugar a dudas ha propiciado que se genere un desquiciamiento generalizado que, está siendo seguido muy de cerca por los gobernantes de países en el extranjero. Puesto que ahora sí, los mexicanos hemos llegado, a un hasta aquí, cansados de vernos y sentirnos apabulladamente sometidos a una dictadura soterrada, la cual venia asfixiando lenta y letalmente nuestra idiosincrasia. Y que ahora se abre un parte aguas, en donde habremos de experimentar nuevas y desconocidas vivencias que, como dice un viejo adagio: “todos los cambios son buenos”. Como una de las diferentes frases que existen y que dice: “El cambio es la Ley de la vida. Y aquellos que miran al pasado o al presente se perderán seguro el futuro”.

Pero hablando sencilla y llanamente, la situación política que sé  está por vivir en el país mexicano y no sé diga en Tamaulipas, tiene que cambiar. Por que, estamos ante una  posible debacle en el poder gubernamental tamaulipeco, ya que, pesar de que el “PRIAN”, obtuvo el triunfo en 31 municipios del estado, todavía es hora que, no dan con una buena y eficaz estrategia en contra de la violencia, corrupción, impunidad e inmunidad y tráfico de influencias.

Por que, aquel que diga que en Tamaulipas ya vamos encaminados hacía un futuro promisorio en el estado y sus municipios, es que no ha visto, ni sentido el clamor que se oye cada día en las calles, ya que,  es más que evidente la inseguridad que se vive por toda la geografía tamaulipeca, siempre atosigando a la sociedad civil y esto se a hecho permanente, pues han estado ocurriendo desde atentados, vejaciones y demás delitos que, tal parece ser, son encubiertos por las autoridades de gobierno que como siempre han de declarar que todo está bien, pero la realidad es otra y dista mucho de ser cierto.

Desde el norte hasta el sur de Tamaulipas, los hechos sé vienen suscitando cada vez con mayor frecuencia y con alto grado de peligrosidad e impunidad, alcanzando hasta funcionarios del gobierno estatal y municipales. Sin que se encuentre una manera efectiva de atajarlos, mucho menos de erradicarlos, pues no existe fuerza alguna que logre controlarlos, menos someterlos. Sin importar el daño colateral que acompaña estás funestas y violentas acciones. tanto del lado de los buenos, como de los malos, sin llegar a  saber a ciencia cierta… ¿quién disparó primero?

Obviamente, los periodistas estamos en un constante riesgo, derivado de que, ya se nos cataloga como un mal necesario, pues a nadie les gusta que se les señale sus debilidades, errores o defectos. En cambio, por otra parte, existen aquellos que, son conocidos como: los “flamantes” comunicadores y vienen a formar una parte en la noble tarea de informar, con la diferencia que, a ellos se les tolera, ya que su misión es la de comunicar, pues ellos, únicamente persisten en seguirle el juego a todo y a todos, y en ocasiones, andar de “pedigüeños” con ciertos funcionarios “agradecidos”, y que sé encuentran en cualquier nivel de gobierno. De tal manera que, a esos comunicadores les ha de ir de maravilla, pues ellos mismos han argumentando que, hoy por hoy, su actividad es más efectiva y veraz que la de los periodistas y  analistas.

Ya que, a ellos -los comunicadores-, solo les basta contar con un buen equipo, para video grabar, repitiendo, como el “perico”, lo que sé le antoje al político o al funcionario, cuando declara cualquier ocurrencia, o que, ¿tal vez?, ya hasta hayan ensayado hasta como decirlo ante los sofisticados celulares, para que inmediatamente, proceda el sagaz, valiente y osado comunicador, a  subir la “información” a las redes sociales, donde todo lo adorna de manera sugestiva, sin meditar que, eso solo produce un malestar generalizado a lo que declaran pomposamente los entrevistados, haciendo de eso, un insulto a la inteligencia humana.

Quién diga que no existe diferencia entre un periodista, un locutor o presentador, y así hasta llegar al comunicador. Sin duda alguna no sabe de lo que se está hablando, ya que en la actualidad y después de poco más de 30 años de haber iniciado esté cruel camino que, no debería de serlo, por que sé les tiene que recordar constantemente que, el periodista es el vínculo entre pueblo y gobernantes, para que en conjunto se tomen medidas que vayan acordes a una realidad y por ende se busquen las soluciones a las diferencias y desacuerdos que, son una constante entre una sociedad que es plural.

 

Todavía recuerdo, cuando empecé ha recorrer esté sinuoso camino, donde he aprendido por propia experiencia y me doy cuenta que, comienzan a surgir nuevos, ya no periodistas, sino editores o administradores que francamente nada tienen que ver con la seriedad de está noble, pero peligrosa profesión que pudiera decirse: fue mancillada por esos ahora dizque “magnates” o “generales” de la comunicación, quienes creen que con difundir todo la información “Light” que, los políticos y funcionarios de los diferentes niveles de gobierno difunden, es como sí fuera esa divulgación como arenas movedizas que lo único que producen, es una incertidumbre, de hacía donde se dirigen en sus caminos que deberían de ser sobre suelo firme, para beneficio de un pueblo, más no para los mismos de siempre.

Generando con ello, ya no nuevas, sino renovadas y aristocráticas familias, con el agregado de que, son solo unos cuantos leguleyos que se solazan en engañar a los ciudadanos que, en su inmensa mayoría, no sé documentan y lo que es peor, ni siquiera leen, argumentando testarudamente que no les alcanza el tiempo, pues tienen que trabajar paulatinamente para vivir, como hasta la fecha lo hacen, sin meditar que lo que en realidad hacen, en su mayoría es sobrevivir penosamente en un mundo globalizado que, no tiene piedad y que día a día devora todo vestigio de sensatez y decoro en la humanidad que puebla el orbe.

No recuerdo cuando ni donde, mucho menos de quién escuché por primera vez, aquella frase que cimbró mi ser, causando un especie de desencanto, por está noble y riesgosa labor que, es la de pergeñar sobre el blanco papel, ahora sobre el blanco de un monitor de computadora que, los seres pensantes en nuestro país, para no extenderme a nivel mundial, cada vez descienden paulatinamente en su capacidad de raciocinio, entendimiento y discernimiento a un nivel ínfimo y cruel que, me hace escribir que los que de verdad tratamos de hacer conciencia de: ¿cual es la verdadera relación entre gobierno y gobernados?, llegamos a la cruel y despiadada respuesta que, solo unos cuantos nos  enfrentamos a una “HUMANIDAD PIGMEA” que, se impone a través del poder descomunal que significa ser omnipotentes mediante el gobierno terrenal.