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MONREAL Y LA POLITICA INTERIOR

CUADRANTE POLÍTICO

POR  FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO

MONREAL Y LA POLÍTICA INTERIOR

La  Secretaría de Gobernación a iniciarse en diciembre, luce descafeinada, con una señora Olga Sánchez Cordero, dueña de una impecable carrera en el terreno de la magistratura y la administración de justicia, pero carente del oficio político, necesario para atender la variopinta realidad nacional.

El otro personaje clave, y por cierto muy poderoso, lo será Alfonso Durazo, un personaje  que se ha dado el lujo de transitar por las élites más influyentes  del poder en México, durante el último cuarto de siglo. Pero, ni siquiera el sonorense  cumple con el perfil requerido, en el fragor con los grupos y partidos políticos, una vez que arranque el sexenio obradorista.

Me parece que, contra lo que se pensaba en un sexenio, cuyo Presidente de la república, por primera vez, es egresado  de la UNAM, y no de las élites académicas norteamericanas de Harvard o Yale, el equipo  de AMLO no tiene muchos personajes con una  formación política, a prueba de cuestionamientos.

Sus dos exponentes más sobresalientes, en esta materia son: Marcelo  Ebrard Casaubon  y  Ricardo Monreal  Ávila. El primero, está arrancando ya desde la etapa previa al inicio formal  del sexenio, como un elemento  demasiado protagónico, y en un terreno de arenas movedizas, como es la Secretaría  de Relaciones  Exteriores, en la era Trump.

Con todo y que, hasta ahora, la relación entre  López  Obrador y su homólogo de la Casa  Blanca, parece vivir una idílica luna de miel, si hay un personaje  de la política actual, en el cual jamás  se debe confiar, es el actual Presidente estadounidense. No hace falta decir, que en  el primer signo de distanciamiento de la relación bilateral, el primer desgaste correrá a cargo de Ebrard.

Mientras tanto, en el otro carril, por donde corre Monreal, el que parece estar destinado a la política interior, desde el liderazgo del senado de la república, y su estrecha relación con Gobernación  y Seguridad Pública, el éxito  de la tarea, pareciera  tener  un rostro más firme, aunque no menos complejo.

Muy probablemente, con el tiempo  y un ganchito, Monreal pueda ser llamado como el máximo responsable de Bucareli. No sé si esto sea un buen o mal deseo, pues ya ve como le fue a Osorio Chong, pero tengo la certeza de que Ricardo Monreal  será pieza estratégica, en la relación de su jefe López Obrador, con la política interior  del país.

Por ahora, entre otras encomiendas, Monreal tiene la de sacar adelante a los senadores MORENOS que ganaron en la elección del primero de julio, para convertirlos en gobernadores. Es el caso de Américo Villarreal Anaya en Tamaulipas.

Concluyendo con el tema central de esta entrega editorial, le vemos  cara de Secretario de Gobernación a Monreal. El tiempo dirá  si esto se cumple.

¿CUANTO  COBRAN LOS  ASESORES “CORDOBITAS”?

El dato es como para ponerse a llorar o dar rienda suelta al rencor social: resulta que en la actual legislatura de la cámara alta, donde se benefician con elevados salarios, 128 senadores  de toda  la república,  cobran también un total  de mil 139 asesores, equivalente en promedio,  a poco más  de ocho  consultores, por cada representante popular.

En los hechos esto  constituye un escandaloso despilfarro del erario público.

Otro dato, para documentar el pesimismo,  son los  1020 agregados  de la nómina legislativa, en la Cámara Baja. Integrada  por quinientos diputados.

Pero hay muchas  cosas más, iguales  o peor  de insultantes: hasta  la fecha,  los diputados, senadores, gobernadores  y Secretarios de Estado, siguen disfrutando de vehículos, gasolinas, asesores, (muchas de las veces amigos y familiares), que cobran elevados salarios,  se hospedan y comen en los mejores  hoteles  y restaurantes, a la salud  del erario público.

Se rodean de parvadas  de guaruras y viajan en vuelos de primera clase, todo, absolutamente todo, sin tocar  sus ingresos personales.

El tema,  se ha puesto de moda, después de que el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que él no va a traer nubes  de guardaespaldas a su servicio. Advirtió que se acabaron los tiempos en que cada Secretario podía contar con numerosos asesores, y  se cancelan también los guardias personales.

En lo que concierne a Tamaulipas, es tanta la opacidad  y la falta de transparencia, que no sabemos  a cuánto asciende la nómina de las asesorías en las diversas  dependencias estatales. De que las hay, las hay, pero se trata de información  altamente confidencial, pues como  se sabe,  algunos de estos semi dioses  del Olimpo presupuestal, ni siquiera son originarios  de nuestro estado.

No sabemos si,  ese es nuestro destino como tamaulipecos, padecer  a  intelectuales  forasteros, que llegan a la entidad  en calidad  de visitantes, y  lo primero que  hacen es manifestar su desprecio por quienes  aquí siempre hemos estado, compartiendo las duras  y las maduras.

Hablamos de pequeños  “cordobitas”,  que   se llegan a sentir el verdadero poder tras el trono, y que  en su momento  tomaron las peores  decisiones en materia  de política pública, perjudicando a millones  de ciudadanos tamaulipecos.

Es  increíble como  estos personajes siniestros  ordenan cambios en áreas estratégicas, cesan a funcionarios  y  al mismo tiempo, proponen a sus consentidos. La historia de la vida palaciega  en la capital de Tamaulipas,  registra  el paso  de verdaderos coagulitos, o sea individuos  soberbios hasta decir basta, como aquel  de nombre Eduardo  García  Puebla, que causó una serie de estropicios en la entidad.

Más recientemente, en el sexenio de  Egidio Torre  Cantú, resentimos el poder despótico de una triada de juniors  que ejercieron caprichosamente el poder, desde  oficinas estratégicas de palacio. Hicieron y deshicieron a su antojo, con el apoyo y cobijo del gobernador. Uno de ellos era el terrible Manolito Rodríguez, hijo del Secretario de Obra Pública Manuel Rodríguez Morales.

El granujilla Manolito era de buen diente pero…. para el presupuesto, a tal grado que llegó a poner un  restaurante sexenal, por la salida de la carretera a Monterrey. Desde luego, estos y otros chistecitos fueron posibles, gracias  a que, el chavo  estaba muy cerca de la caja de las galletas  financieras, pues  uno de sus aliados o cómplices, era el  famoso  Cristóbal Rosales,  la chequera más influyente  del egidismo.

Por cierto,  en los primeros meses de los vientos, cuando creía que la lucha anti corrupción era realmente en serio y que lo habían contratado para  abrir las cloacas más  pestilentes del pasado sexenio, el auditor cabecista Jorge Espino  Ascanio pensó en voz alta, y dijo que tan  solo  en el último año del sexenio presidido por Torre  Cantú,  se evaporaron  casi 22 mil millones  de  pesos.

Posteriormente, Espino Ascanio guardó  silencio, y ya no se volvió a hablar más  del asunto. Seguramente, alguien desde mero arriba, lo conminó a  callarse, y  a decirle que por ahí no iba la cosa. Y que a la gente de Torre  Cantú, no se le toca ni con el pétalo de una sospecha.