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Panorama incierto

Tribuna

Por Javier Terrazas

Panorama incierto

Tamaulipas es un estado agropecuario importante en el escenario nacional.

La siembra de casi 1.5 millones de hectáreas en dos ciclos agrícolas y más de un millón de cabezas de ganado bovino lo avalan.

Tiene además cerca de 50 mil hectáreas de cítricos y su pesca y silvicultura (bosques) son también relevantes.

La producción e ganado de gran calidad para exportación a los mercados más exigentes, así como de frutas y hortalizas, exigen garantizar sanidades animal y vegetal.

En el ciclo agrícola fuerte que está en proceso de siembras se establecen casi 900 mil  hectáreas de sorgo y maíz principalmente.

Los aportes de éste ciclo al mercado nacional son en promedio de 2.1 millones de toneladas de sorgo y 900 mil toneladas de maíz.

Tamaulipas es el principal productor de sorgo en la nación, que se utiliza para la producción de huevo, carne de puerco y de res, así como la industria de alimentos para todo tipo de ganado.

La rentabilidad del campo en nuestro estado se soporta en estímulos a la producción y comercialización de granos, hortalizas, oleaginosas y frutas.

Los recursos se inyectan a la ganadería y agricultura con los programas tradicionales de PROGAN y PROAGRO.

Existen otros recursos para infraestructura, sanidades, mejoramiento genético, investigación y extensionismo.

Décadas de operación de programas con normatividades estrictas han permitido que el campo mexicano sea competitivo, esté generando más divisas que el petróleo, el turismo y las remesas.

De ahí la importancia de la continuidad en los recursos para impulsar el desarrollo de ese sector y sus comunidades.

Sin embargo, en el presupuesto federal para el 2019 enviado por el presidente al Congreso, se dio una drástica reducción por más de 14 mil millones de pesos que representan el 20.5% de los recursos asignados en 2018.

Por ello, la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario de los 32 estados del país, están llamando a los legisladores a reconsiderar y ajustar los números.

Lamentan que la histórica propuesta de reducción se haga a pesar del papel estratégico del campo para el país, pues el PIB primario creció 16.2 % y las exportaciones del sector agroalimentario un 42.9 % los últimos 6 años.

La reconfiguración presupuestal para el agro desaparece programas como el Apoyo a la Comercialización, Concurrencia con las Entidades Federativas, Fomento Ganadero, PIMAF y PROAGRO, los cuales atienden a sectores específicos .

Además reduce otros de gran relevancia como PESA, IPASSA, Extensionismo y Sanidades.

Advierten que este presupuesto generaría la disminución de la productividad del país y pondría en riesgo su seguridad alimentaria.

Los Secretarios de Desarrollo Rural del país, entre los que aparece Ariel Longoria García de Tamaulipas, llaman a la sensibilidad y responsabilidad de los diputados federales para evitar desactivar la productividad del campo.

Es donde tienen que entrar los diputados tamaulipecos que le entienden un poco al campo, pero desgraciadamente no son los de Tamaulipas.

Así es que se extrañará a Edgar Melhem Salinas y Baltazar Hinojosa Ochoa, que llevaron la batuta el año pasado.

Lamentablemente, en éste tema como en muchos otros, el gobierno que debe ser conciliador y rector, está polarizando y divide también al sector rural en ricos y pobres y advierte que es la hora de los pobres.

Lo ideal es que se ajustaran un poco algunos programas orientados a la infraestructura y comercialización, para ampliar los subsidios a la agricultura de baja escala o subsistencia.

El capo de Tamaulipas sufrirá lo que con ningún otro gobierno de persistir esos números.

La propuesta del gobierno debe estar orientada a rescatar de la pobreza y marginación a 53 millones de mexicanos en forma paulatina, buscando frenar la desigualdad.

Y no llevar a la pobreza a los 57 millones restantes para que haya igualdad.

Difícil el panorama para el campo mexicano y especialmente el de Tamaulipas.

Cómo de te extrañamos Enrique Peña Nieto, se escucha ya en los comentarios de  los productores.

Veremos si los Diputados están a la altura de las exigencias de una política agropecuaria eficaz.