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Por Javier Terrazas

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Tamaulipas está inmerso en un proceso electoral mixto, es decir, en el que se elegirán autoridades federales y municipales.

La parte federal, elección de presidente de la república, dos senadores de mayoría y 9 diputados federales, corresponde a la Vocalía Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral en la entidad.

Su sede está en Victoria y el titular es Eduardo Trujillo Trujillo, quien tiene un Consejo, además de  una representación en cada uno de los Distritos Federales Electorales.

Mientras que la elección local, es decir 43 Ayuntamientos, le corresponde en su organización al Instituto Electoral de Tamaulipas, con alguna coordinación y supervisión del INE.

Este órgano, era presidido por Jesús Eduardo Hernández Anguiano, que en el 2015 había sido seleccionado por el INE luego de exámenes de oposición como consejero presidente, para un periodo de 7 años, o sean hasta el 2022.

La capacidad del actual Consejo, quedó probada en la contienda del 2016 cuando se eligió gobernador, Diputados al Congreso Local ( 22 Distritos) y 43 alcaldes para un periodo de 2 años.

Validar los resultados en las urnas y el garantizar el desarrollo de la jornada 2015-2016, en donde se produjo por primera vez la alternancia en la gubernatura, la mayoría panista en el Congreso y el triunfo en 24 de 43 municipios, fue la prueba de fuego.

De alguna forma ante la ciudadanía se validó la propia actuación del Consejo General del IETAM y ya con esa experiencia, se esperaba que este nuevo proceso de solo elección de 43 Ayuntamientos, fuese, como dice el dicho “pan comido”, para referir que sería más fácil.

Sin embargo, en la etapa inicial del proceso electoral, empezaron a notarse algunos signos de desencuentro entre el órgano electoral seleccionado por el INE y  el partido político en el poder.

Primero salió de la Secretaría Técnica Juan Esparza Ortíz en agosto de 2016, siendo relevado por Edgar Arroyo Villarreal.

Pero poco duró en la encomienda, a  fines de noviembre renunció,  siendo sustituido por  Alfredo Torres Carrillo,  aprobado por el Consejo Local,  pero  invalidado por el Tribunal, tras ser impugnada su afinidad albiazul.

Ante esa situación, el Instituto Nacional Electoral envió como Secretario Técnico Interino a Miguel Angel Chávez García, para garantizar la neutralidad del IETAM.

Y es que en de los principios que le rigen, para que la ciudadanía mantenga su confianza, aparecen certeza, legalidad, independencia  imparcialidad,  máxima publicidad (transparencia)  y objetividad.

Sin duda, el gran reto es mantenerlos y que no se vulnere la confianza ciudadana en la autoridad electoral de Tamaulipas.

Es aquí donde  la renuncia del Presidente del Consejo Estatal Electoral Jesús Eduardo Hernández Anguiano, merece una explicación y clara argumentación.

No es una simple renuncia. No solo los partidos políticos, sino la sociedad merecen conocer  las razones y el contexto en que se produce.

Y que  siente un precedente  en el respeto a la autonomía del órgano electoral y principios que le rigen. Que nadie de afuera intente vulnerarlo y que cuando ocurran conductas internas inadecuadas, actúe el árbitro superior.

La confianza en el IETAM debe prevalecer. Mucho se trabajó para que no fuese un instrumento del PRI cuando éste era gobierno local. Y tampoco debe hacerlo el PAN.