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Profesores deberán recuperar autoridad.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

Profesores deberán recuperar autoridad.

Esta fue la última semana que los profesores estuvieron en sus escuelas. El calendario de clases para el ciclo 2018-2018 finalizó, aunque los alumnos se desentendieron de las aulas hace unos 15 días, entre otras cosas, porque se concluyeron los programas de trabajo de la anterior reforma educativa.

Como la educación es una de las acciones del gobierno de la República que está descentralizada a los Gobierno de las entidades del país los recursos públicos se envían a las Secretarías de Finanzas locales y de allí se distribuyen a los centros escolares, pero, se tiene el compromiso de informar sobre la aplicación del presupuesto y los resultados de las metas que se previó lograr con ese dinero.

El ciclo escolar que viene y que inicia el 26 de agosto próximo, deberá arrancar con la aplicación de la nueva reforma educativa, la del presidente Don Andrés López Obrador, cuyas características principales son llevar a cabo lo contrario a aquello que decía la reforma del sexenio pasado.

Hablar de cómo terminó el ciclo escolar de este año, da lugar a expresiones como, desconcierto sobre el futuro de la educación, abrir todos los candados que se pusieron en la reforma pasada, para mejorar la preparación del magisterio y documentar las actividades a nivel de salón y el compromiso de que los padres de familia estuviesen involucrados en la planeación educativa.

Pensar en cómo iniciará el que viene, es idéntico, porque también hay desconcierto respecto la forma en que trabajarán a partir del 26 de agosto, que candados habrá para asuntos de capacitación magisterial y como deberán actuar los padres de familia, porque ahora la responsabilidad de los resultados del sector educativo también será de ellos.

Y es que antes, podía decirse que los padres de familia tenían el termómetro de la preparación de sus hijos y sabían si los proyectos para el futuro de ellos en cada nivel educativo, sería fácil o complicado. Ahora, los padres saben muy poco de los hijos que cursan su educación en las escuelas del sector público, debido a que, se desentendieron de las calificaciones y dejaron todo el paquete a los maestros, incluso, hasta llegaron a considerar que la deformación de los estudiantes era asunto de los profesores y que, la formación en el hogar y no era necesaria.

Hace unas semanas, la empresa de opinión que maneja el victorense Francisco Abundis Luna, llevó a cabo un estudio en el que valoró la autoridad de los maestros, en virtud de que, su labor es importante para las sociedades ya que, su trabajo se refleja en la formación intelectual, cívica y afectiva de las personas.

La preparación académica y la vocación para enseñar hizo que los maestros fueran durante mucho tiempo líderes de las comunidades en las cuales hacían su trabajo, al grado que son referente de confianza ciudadana y que, en muchos casos este tipo de situaciones les dio la pauta para inmiscuirse en la política.

Los maestros siempre fueron sinónimo de autoridad y de acuerdo con las mediciones sobre la confianza que la ciudadanía tiene en ellos, resulta que, del 2012 para acá ha disminuido.

De un 63 por ciento que tenía en 2007, se llegó al 55 por ciento en este 2019 y fue de abril de 2010 a julio de 2012 cuando el nivel de confianza fue mayor porque siete de cada diez personas dijeron confiar mucho en las y los profesores.

Que sucedió del 2012 para acá, muy sencillo, las manifestaciones, desmanes, vandalismo ciclos escolares truncos y miles de alumnos sin clases, pero, los maestros en las calles porque no querían trabajar al son de la Reforma Educativa del peñismo, de ahí que, de agosto de 2014 a julio de 2016, la empresa de Abundis Luna, encontró las mediciones más bajas de confianza ciudadana en los trabajadores de la educación, el dato más crítico fue el 48 por ciento.

Para la ejecución de la nueva reforma educativa, la del actual gobierno de la República, los trabajadores de la educación deberán ponerse las pilas al cien, porque esto de la pérdida de autoridad de los maestros tiene que abatirse, cosa que no es sencilla si se toma en cuenta que la ciudadanía tiene una percepción negativa de las marchas, paros, plantones, bloqueos o huelgas que lleve a cabo.

Cuando menos se requiere de unos tres años, la mitad de este sexenio federal, para que los profesores se dediquen a trabajar sin cansancio y determinación, en caso de que pretendan recobrar la confianza de los mexicanos, esto porque la opinión en el sentido de que las maestras y maestros sean vistos como figuras respetables y valoradas en el país, no es buena.

En los últimos cinco años la percepción bajó 20 puntos, pasó del 72 al 53 por ciento y ha crecido en más del doble la opinión en el sentido de que no se reconoce la figura de los maestros como respetable, ni es bien valorado ya que pasó del 19 al 42 por ciento.

Y es que, las cosas se invirtieron también de hace un tiempo a la fecha, porque aquella apreciación de que, los maestros eran líderes de la comunidad por su intervención en la preparación de los ciudadanos, los encarriló a ejercer liderazgos políticos que los etiquetaron, en mayor proporción durante controles sindicales como el que llegó a tener la profesora Elba Gordillo Morales y que, quiere recuperar a como dé lugar para aprovechar la nueva reforma educativa.

La encuesta de opinión a una pregunta bien concreta, si se consideraba que los maestros en México están más interesados en la política que en la educación, la gente no vaciló en decir que, en la política, dato que alcanzó el 60 por ciento de las respuestas, en tanto que, si era a la enseñanza, la referencia la hicieron el 31 por ciento de los consultados.

Además, el 56 por ciento de los participantes considera que los sindicatos de trabajadores de la educación están más canteados para hacer política y sólo el 39 por ciento dice que defienden los derechos de los maestros.

En el momento que se cerraron las actividades administrativas en las escuelas, el campo queda libre para que, instituciones como el ITIFE, encargado de aplicar recursos financieros para mejorar la infraestructura en las escuelas públicas, entre con maistros, herramientas, arena grava, bloc y pintura, para que, al inicio del otro ciclo, el 26 de agosto, en que se estrenará reforma educativa, también hayan mejorado las condiciones físicas de las escuelas.

Urge en casi todas, rehabilitación de baños, reposición de vidrios, revisión de equipos de aire acondicionado, mantenimiento a las computadoras y la modernización de los edificios. Es la hora del equipo de Germán Pacheco Díaz, titular del Instituto Tamaulipeco de Infraestructura Física Educativa.