Columnas

Prueba de fuego

Tribuna

Por Javier Terrazas

Prueba de fuego

Ahora si llegó la era de Trump y la hora de que los mexicanos logremos la unidad, al menos todos contra Trump.

Y es que de nueva cuenta en su discurso puntualizó de nuevo en dos asuntos que vulneran la relación bilateral con México.

La renegociación del Tratado de Libre Comercio y la construcción del muro fronterizo.

Y parece que no habrá poder humano quien le quite de lo despeinada cabeza, esas dos ideas.

En el caso de Tamaulipas, esos dos asuntos serán de gran impacto, porque en uno de los estados de mayor dinámica en el intercambio comercial.

Por su amplia frontera, 371 kilómetros, cruzan más de la mitad de las mercancías que día a día se intercambian.

Nuevo Laredo es el principal puerto fronterizo entre ambas naciones, de tal forma que una política proteccionista que obligue al regreso de inversiones, pegaría fuerte.

Ya lo citó en tribuna del Congreso Local en días pasados la Diputada Mónica González García, son 260 mil empleos generados por esa industria en la frontera tamaulipeca.

Así es que más allá de colores partidistas, ideologías, grupos políticos o económicos, habrá que sacar la mexicanidad para que con el nacionalismo acendrado vayamos a una nueva era.

No hay que olvidar que se trata de una interdependencia, pues los mexicanos requerimos del vecino del norte, pero éste también necesita en alguna forma de nosotros.

Solo que habrá que replantear esa relación o dinámica, hacerlo con dignidad y pleno respeto a ordenamientos de nuestras leyes, pero también a normas de orden internacional.

Las mayores pruebas serán para el presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete económico, porque tendrán que sacar fortaleza y casto de algún lado para encararle y mantener una relación sin sumisión.

En el caso de Tamaulipas, aunque casi todos los asuntos entre naciones dependen de los gobiernos federales, el gobernador Francisco García tendrá que vincularse más con el centro para que los puntos relevantes para la entidad, sean tomados en cuenta.

De la misma forma, los alcaldes de los diez municipio fronterizos, pero principalmente los de las ciudades grandes como Enrique Rivas en Nuevo Laredo, Maki Ortíz en Reynosa y Jesús de la Garza en Matamoros, se verá salpicados del efecto Trump.

El endurecimiento de medidas de seguridad fronteriza, de presión a las empresas norteamericanas para que regresen a su país, así como las deportaciones masivas que puedan darse, los hará más vulnerables.

 Puede darse un fenómeno de desempleo marcado si algunas plantas maquiladoras de las principales firmas levantan el vuelo; en tanto que si se disparan las deportaciones, habrá grandes cantidades de migrantes en tránsito.

Una población flotante sin muchas opciones de empleo o establecimiento, porque se requiere de suelo, vivienda, empleo, seguridad social y una familia,  que las autoridades municipales no pueden brindarles.

Veremos de qué está hecho el presidente número 45 de Estados Unidos de Norteamérica, pero sobre todo de qué estamos hechos nosotros, para adaptarnos a la circunstancia y salir venturosos de la afrenta y reto.