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¿QUÉ ES EL LLAMADO DESTINO MANIFIESTO?

LETRA PÚBLICA

¿QUÉ ES EL LLAMADO DESTINO MANIFIESTO?

         RODOLFO SALAZAR GONZALEZ

México tiene como frontera de tres mil kilómetros a un país que ha resultado un vecino insoportable por la serie de ofensas e invasiones culturales y mutilaciones a nuestro territorio que a lo largo de la historia nos ha ido infringiendo, trastocando lo más esencial de nuestra identidad, que es nuestra conciencia nacional; existen franjas de ciudadanos mexicanos, que no sienten respeto alguno por la identidad mexicana y desean en el fondo de su corazón, haber nacido en esa urbe poderosa e imperialista que hoy en estos días álgidos que vivimos nos ha declarado frontalmente una guerra cultural y comercial, echando de sus fronteras a todos los migrantes mexicanos que suman millones y que partieron a ese mundo del mercado libre en busca de un futuro que no encontraron nunca en nuestro país.

Los Estados Unidos alcanzaron su independencia a principios del siglo XVII, fundada por pioneros ingleses que buscaban la libertar de culto, separándose de la metrópoli inglesa a fines del siglo XVIII y transformándose desde ese momento en la democracia más antigua del planeta.

Una democracia que se convirtió en imperio, por ejemplo -al robarle a su vecino (México) más de la mitad de su territorio- y a partir del siglo XX se autodesigno sin rubor alguno, como guardián de la libertad en el mundo, al mismo tiempo que imponía sus políticas y sus modelos económicos a la mayoría de las naciones en donde encontró, como en el caso mexicano gringofilos que repiten la constante verborrea del modelo económico de esa nación, que avasalla para su beneficio las economías mundiales, cargando sobre los gobiernos la responsabilidad por no cumplir con las camisas de fuerza que les imponen a través del banco mundial y del fondo monetario internacional.

En los años 2008 y 2009 los Estados Unidos vivió una crisis económica muy similar a la que casi lo sepulto en 1929, conocido como el “Martes Negro” o el “Crack del 29” en donde la mayoría de los estadounidenses se alimentaban en las casas de apoyo que ofrecían comida subsidiada por el gobierno en virtud de que no existía empleo alguno para poder llevar sustento a sus hogares. Fue una época desastrosa que tuvo sus efectos en las consecuencias de la crisis del acero que en esos días se presentó. En esta ocasión, me refiero a la crisis del 2008 y 2009 hubo un desorden inmobiliario en el que la banca inundo al país con créditos impagables lo que hizo tronar el sistema financiero y declarar en quiebra la economía del Tío Sam. A partir de ese momento el imperio norteamericano se dedicó a buscar a un responsable de estas crisis sistemáticas que su economía sufría, y esos responsables resultaron los emigrantes hispanos: casi 60 millones, de los que se estima que el 66 por ciento son mexicanos.

Esa es la razón de que Barack Obama se convirtió en el presidente del imperio estadounidense que más migrantes mexicanos haya deportado en nuestro país, transformo varios estados en verdaderos filtros para la persecución de todo aquel hispano que no contara con sus documentos para ser regresado a su lugar de origen. Arizona y Alabama iniciaron un proceso que inmediatamente se disparó dialécticamente a otros estados en donde se habían realizado las batallas de Martin Luther King, lo hacían ahora instalando medidas rigurosas y más injustas contra los inmigrantes. El Tío Sam encuentra como responsable de sus crisis económicas e institucionales a los migrantes y convierte a los latinos en “Cabeza de Turco”, esa expresión que se ha utilizado históricamente en lugar de chivo expiatorio, para encontrar un responsable sin que este haya cometido algún delito.

A estas alturas con el comportamiento de Donald Trump sabemos que en Estados Unidos ser presidente de esa nación da lo mismo que sea latino, negro, blanco o amarillo, demócrata o republicano, nada modifica el rumbo de los deseos obsesivos del imperio. Nació guerreando, combatiendo conquisto un enorme territorio que logro extender en sus límites geográficos y ahora con la recientes tecnologías a dado paso a nuevas estrategias militares y expansionistas.

“El Destino Manifiesto” es la verdadera religión de Estados Unidos: Dios se los dijo, está en una biblia invisible en sus páginas, pero escrita con sangre de indígenas americanos, mexicanos y muchas razas y pueblos. Entre los colonizadores que llegaron a los Estados Unidos a luchar por la independencia estaban legiones de puritanos y pastores fundamentalistas ingleses y escoceses. El pastor inglés John Cotton, les dijo a sus correligionarios: “ninguna nación puede excluir a otra en sus costumbres y en sus territorios, solamente cuando es una designio divino ordenado por Dios como es el caso de nuestra causa, debemos ensanchar y expandir esta que sea nuestra tierra en donde vivirán los futuros líderes del mundo”.

En esto se sustenta el nacionalismo fanático de los Estados Unidos, de la doctrina del “destino manifiesto”, nace el sustento para justificar invasiones militares y expansiones financieras en todo el planeta, el mundo les pertenece, el futuro, el presente y todo lo que constituya seguridad y poder es propiedad de los Estados Unidos y debe incorporarse a esta nación en donde quiera que se encuentre. Por esta razón existen guerras justas e injustas y todas las que esa nación participa las convierten en buenas, según ellos, nos liberan de tiranos y dictaduras. Sin embargo, luego de Corea y Vietnam, donde no triunfaron los norteamericanos, este concepto pareció tambalearse. Pero como quiera ellos tienen una poderosa economía de guerra, enormes industrias necesitan dar salida a productos bélicos. Por ello siempre hay un país villano que debe ser castigado. En su lógica, ellos provocan la situación tensa y Estados Unidos se limita a combatir por la libertad. De este modo y bajo el inaudito pretexto de que Irak producía armas químicas para derrotar las democracias la invadieron y al retirarse dejaron miles y miles de muertos y una destrucción cultural y humana espantosa.

Aquí está sustentado, en el concepto “divino” del destino manifiesto, la irracional conducta de Donald Trump, de limpiar a los Estados Unidos defenestrando hispanos y musulmanes de suelo norteamericano. En este absurdo concepto de que ellos fueron elegidos por Dios para convertirse en guardianes de la libertad del mundo, está el fundamento de la conducta neurótica de Donald Trump de construir un muro, que seguramente más tarde confesara que lo hace porque al igual que el pueblo de Israel que está totalmente bardeado en todo su territorio para que no entre palestino alguno, el mandato lo recibió de Dios que le ordeno expulsar a todos los migrantes.

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