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QUE LOS DIPUTADOS FEDERALES EXPLIQUEN EL GASOLINAZO

CUADRANTE POLITICO

POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO

QUE LOS  DIPUTADOS FEDERALES EXPLIQUEN EL GASOLINAZO

Ni uno solo  se  ha parado por  aquí, para  responder  al  hartazgo  social,  del porqué  del gasolinazo. La mayorías  de los diputados federales, por no decir que todos, siguen  cobrando  jugosos salarios en el Congreso, y siguen levantando el dedo, de acuerdo  a  las instrucciones  que les  da  su pastor  Cesar  Camacho  Quiroz.  En el  senado, igual ha hecho mutis, el mercenario de  la gestión Emilio  Gamboa  Patrón.

Ahora muchos de ellos tratan de darle vuelta  a la tortilla, haciendo apología  de la  actitud  del Presidente  Enrique  Peña  Nieto ante Trump. De  pronto, nuestros  legisladores  federales, se  han vuelto profundamente  nacionalistas, y pretenden  que el pueblo  tamaulipeco  se olvide  de  los brutales  incrementos  asestados  por el gobierno  peñista,  en aras  de  la  macro economía, que  Trump  les está  restregando en la cara.

Mientras  tanto, en EDOMEX  ya sobornaron a  la corrupta  chepina Vázquez  Mota. Las pandillas panistas y perredistas  de Ricardo Anaya y  la diva Barrales, guardan silencio cómplice. Cuánta asquerosidad.

LA  CRISIS MEXICANA, Y LA REVOLUCION DEL PEJE

En 1917,  Rusia  y sus mayorías campesinas  y obreras, habían llegado a un límite, ante un zarismo elitista, corrupto y represivo. Se vivía una pobreza generalizada, y solo  un pequeño grupo de nobles  y de aristócratas detentaban los mejores  ingresos. Pero al mismo tiempo, el ejército ruso era derrotado por Alemania, en el escenario de la primera guerra global.

Hoy, aquí en México, el gobierno peñista  está boca abajo ante Donald Trump, los servicios de Videgaray y compañía, han sido derrotados diplomáticamente hablando. El peñismo y sus altos funcionarios son  los que  ganan sueldos principescos, mientras,  el pueblo sufre los embates de la pobreza  y la inseguridad.

Algo flota en el ambiente mexicano. Los astros  del poder político, parecen alinearse, como nunca, para  el surgimiento  de un gobierno de izquierda en 2018. No sería obviamente  un gobierno socialista, como el  que permitió que Rusia, dejara atrás  su rostro  de país atrasado, para convertirse en  la principal potencia  industrial de Europa,  al grado de disputarle  a Estados Unidos, la supremacía mundial.

Pero, con toda seguridad, la llegada  de  un régimen mexicano, distinto a los gobiernos de  la derecha prianista, en los primeros tres lustros del siglo XXI, representaría algo diferente  para  la sociedad, que  ya pide algo nuevo, y no más  de lo mismo.

No voy a establecer  comparaciones,  entre lo que sucedió hace cien años en Rusia, y lo que puede suceder en México, porque  no son las mismas condiciones, empezando por las de tipo histórico. Pero  sí existen  elementos generales de crisis  y de ingobernabilidad, que son a las que me refiero, para  señalar que, por  ese  boquete  abierto, en el panorama  mexicano, con una economía colapsada y una política incierta, podría colarse el primer gobierno, de orientación social,  desde  los tiempos  de Lázaro Cárdenas  a la fecha.

Todos los que tengan una mediana noción de la historia, saben que, la revolución mexicana, no se resolvió  a favor  de  Villa  y de  Zapata, el ala más popular, sino  por el lado del  carrancismo y del obregonismo, considerados como la pequeña burguesía. En todo  esto, intervino Estados  Unidos. Los gringos,  le  negaron los cartuchos que Villa  necesitaba para pelear en Celaya.  La izquierda armada, fue derrotada.

En 1968, el gobierno diazordacista  reprimió  brutalmente,  el movimiento estudiantil, y canceló  de tajo, las aspiraciones  democráticas de la izquierda social. Estados Unidos y la paranoia anti comunista de Lyndon Johnson estuvieron presentes.

En 1988,  Carlos  Salinas  se erigió en el poder, con el apoyo de  Estados  Unidos, pese a que el que había ganado realmente era Cuauhtémoc  Cárdenas. Reagan y Bush padre lo avalaron.  En 2006, Felipe Calderón salió derrotado por el Peje, pero fue arropado y validado por USA, y por George Bush hijo.

Hoy, por primera ocasión, la burguesía mexicana  y su gobierno de derecha, son arrinconados  y desconocidos  por   su padre putativo, el que siempre  los había apapachado, y  se había hecho de la vista  gorda, ante sus desmanes.

Metafóricamente,  es como un padre que, de pronto le dice a  su hijo que, ya no va a tolerar más  sus vicios  y francachelas;  su  desordenado estilo de vida. Hoy las cosas, con Trump, parecen pintar  de manera  diferente.

El destete del Estado  mexicano, ante  papi  USA,  es evidente. Ni siquiera  los más  sofisticados derechólogos  y globalifílicos, como Luis  Videgaray, pueden con el tema. El “cerebrito”  de Massachusetts, acaba de  ser  vergonzosamente bateado  por  el gobierno de Trump.

La política del Tio Sam, (como se le llama  al gobierno de USA en honor al carnicero  Samuel Wilson que proveía a sus  soldados), ha dado un viraje impredecible.

Por esa puerta podría ingresar el Peje  a  Los Pinos.