Columnas

¡Quihúbo! ¿No se los dije?

AL VUELO-Führer.

Por Pegaso

        ¡Quihúbo! ¿No se los dije? Apenas ayer comentaba que si Estados Unidos le confisca su fortuna al Chapo Guzmán, calculada por Forbes en unos 15 mil millones de dólares, bastaría para construir el muro fronterizo.

        Un cálculo que hicieron congresistas indica que el costo de la valla rondaría entre los 12 y los 15 mil millones de dolarucos, justamente.

        Ahora me doy cuenta que esa fue la verdadera intención de Peña Nieto al extraditar al poderoso capo del narcotráfico a unas horas de que tomara posesión el milloneta nazi, engreído y racista de Donaldo Trompas.

        Como decir: «Toma, cóbrate de aquí para financiar tu muro».

        Y es que andaba yo volando allá, sobre la línea divisoria entre los dos países viendo los retazos de la valla metálica que fue colocada hace algunos años en un intento por frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, objetivo que no se ha logrado hasta ahora.

        Más tarde, ya recostado en mi cumulonimbus favorito, me puse a ver las reacciones que generó la reculada de Peña Nieto al no aceptar ir a la entrevista que se programó para el 30 de enero con el sátrapa.

        El muy agudo ingenio de los mexicanos se hizo presenta una vez más con un alud de «memes» en las redes sociales.

        El primero que me llamó la atención fue la foto de un mojado en posición de caganer, en cuclillas y con los pantalones a la rodilla, se supone que en la parte americana de la frontera con la leyenda: «Poniendo la primera piedra para el muro».

        Algo que suena como a broma, pero que tiene mucho de realidad es la afirmación siguiente: «Si México deja de enviar cocaína y marihuana durante dos meses a Estados Unidos, ellos solitos tumbarán el muro».

        Como sabemos, la gran mayoría de los gringos se meten droga hasta por los oídos, así que no creo que aguanten unos días sin esnifear un poco de coca, darse sus piquetes de heroína o fumar hierba.

        El síndrome de abstinencia los enloquecerá más de lo que ya están y dentro de poco tiempo será al revés, es decir, serán ellos los que agarren escaleras o perforen túneles para venir por la droga a México, como bien lo dibuja mi amigo Hugo Ramos en una de sus famosísimas décimas de Multicosas.

        «Paquita rompe el silencio… ¡Trump es mi hijo!»,-dice otro meme que muestra a Vaquita la del Barrio limpiándose una lágrima.

        Veo que los mexicanos tenemos un nuevo deporte nacional que se llama «pégale al Trompas».

        Iré a la piñatería Ramírez y le sugeriré al dueño que haga un caganer de tamaño natural y lo ponga a la venta al público.  Seguramente se venderá como pan caliente, e incluso, se podría exportar a otros países como China, Corea, Brasil, Honduras, Guatemala y muchas otras partes del mundo donde tampoco quieren al Führer Trump.

        Para quienes no lo saben, el tipo tiene sangre alemana en sus venas.  Su madre fue una inmigrante escocesa y su abuelo, de nombre Friedrich Drumpf vino a Estados Unidos en 1885, adquiriendo la nacionalidad gringa en 1892.

        De ahí que su propia naturaleza lo traicione al externar todo el odio y deseo de exterminio hacia el que no sea güerito de ojo azul o verde.

        Trump me recuerda aquel episodio de la película «Inglorious Basterds» (De Quentin Tarantino, con Brad Pitt como el teniente Aldo Raine, Melanie Laurent como Zuzana y Christoper Waltz como el standartenführer Hanz Landa).

        Llega el oficial de la SS, Hanz Landa a la cabaña de un ciudadano francés, Monsieur LaPedite, en busca de judíos ocultos y se pone a platicar con él campechanamente.

        Después de una larga perorata a lo tarantinesque, Landa le dice a Monsieur LaPedite que los alemanes son como los halcones, incansables aves de rapiña con un instinto asesino, en tanto que los judíos son como las ratas.

        Al final de la película tenemos que Hanz Landa, el sanguinario oficial de la SS se ha entregado al teniente Aldo Raine, como parte de un trato para acabar con Hitler.

        Pero antes de llevarlo prisionero a Estados Unidos, Raine le dibuja con su filoso cuchillo una swástica en la frente al sujeto, como una marca personal de lo que fue y que muy en el fondo seguirá siendo.

        Creo que sería buena idea que el señor Ramírez, dueño de la piñatería, ponga en la frente una swástica al caganer de El Trompas.  Eso haría las delicias de los pequeñines y de los no tan chicos en las fiestas populares mexicanas donde la piñata es imprescindible.

        El Trompas, como no puede ocurrir de otra manera, se defiende de los injustos ataques de la mexicanada.

        Dice el angelito:  «Ahora resulta que me tienes miedo por toda esa publicidad contraria que me han hecho y no has temido elegir asesinos y corruptos para gobernarte.  Me llamas payaso cuando tus políticos son actrices y futbolistas que NO saben nada y yo soy empresario que conozco muy bien de negocios y finanzas.  Me echarás la culpa de tus crisis económicas, de la devaluación de tu moneda, de la inflación y pobreza en la que vives cuando por décadas has permitido que tus políticos  te roben y te hundan en esa miseria en la que vives.  Me llamas racista cuando tus mismos compatriotas y paisanos que viven dentro de los Estados Unidos votaron por mí como su mejor opción y se sienten más estadounidenses que mexicanos.  Te enojas conmigo porque no quiero que vengan más mexicanos a vivir ilegalmente a mi país pero no te das cuenta de por qué se están saliendo y huyendo de tu país.  YO CREO QUE DEBES EMPEZAR A PREOCUPARTE POR TU PAIS y dejarnos a nosotros ocuparnos del nuestro».

        Sabias palabras de un individuo que escribió en su libro llamado «El arte de negociar» los siguientes conceptos:  «Me gusta provocar a mis adversarios para ver cómo reaccionan: Si son débiles los aplasto y si son fuertes, negocío».

        No está discusión si tiene o no la razón, ya que a final de cuentas El Trompas se mueve en una esfera donde el poder es lo que cuenta.

        Los mexicanos tenemos nuestros propios demonios con los que aún estamos lidiando:  Elecciones fraudulentas, políticos corruptos, narcos hasta en la sopa, crisis recurrentes, pero eso es algo que nos corresponde resolver sólo a nosotros.

        Pienso que El Trompas ve la paja en el ojo ajeno y no percibe la viga en el propio, porque si de corrupción se trata, Estados Unidos es el campeón mundial, y su gente se conforma sólo con tener la droga a la mano, percibir un salario que pague sus deudas y pensar que estan a toda madre, cuando en realidad su economía pende de un hilo.

        En un capítulo de Los Simpson, Lisa, la hija de Homero se convierte en Presidenta de los Estados Unidos, y se queja de la crisis económica en que su inmediato antecesor, Trump, ha dejado al país.  Y los Simpsons han sido muy certeros en sus premoniciones.

        Nos quedamos pues, con el dicho mexicano estilo Pegaso y dice:  «Mis afirmaciones se basan en el hecho de que sostengo en la diestra parte del tejido capilar de la hembra híbrida marrón que se obtiene de la cruza entre un ejemplar de Equs caballus y Equs africanus asinus». (Cuando digo que la mula es parda es porque tengo los pelos en la mano).