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Por Javier Terrazas

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La importancia de la mujer como madre es fundamental en la construcción de una sociedad más sana.

Claro que el ideal es una familia tradicional conformada por madre y padre, para la atención integral de los hijos.

Sin embargo, en nuestra realidad actual, va en crecimiento el número de madres adolescentes, así como el número de madres solteras.

De tal forma que para aquellas que son madre y padre a la vez, además de tener que trabajar para sortear las responsabilidades, es una triple tarea.

El día de mañana se festeja el Día de la Madre en nuestro país, de tal manera que es una ocasión propicia para reflexionar sobre el tema.

Como sociedad, tenemos muchos pendientes por realizar en aras de crear mejores escenarios para su desarrollo integral.

A pesar de todos los esfuerzos por generar condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, las diferencias siguen siendo amplias.

Los avances que la mujer tiene en el campo de la educación,  laboral,  empresarial, cultura y sector público, son relevantes y contribuyen a reducir diferencias.

De acuerdo a estudios recientes del INEGI, en nuestro país tenemos 32.7 millones de madres.

De las mayores de 15 años o más,  un 43.4 por ciento tienen un empleo. De ellas, un 38.6 por ciento laboran en empresas o negocios; un 16.1% en instituciones públicas o privadas; un 11.8% en trabajo doméstico remunerado; un 31.5% en la economía informal y el resto en otros.

En situación más apremiante para salir adelante se encuentran un 28% de n nuestras mamás mexicanas, ya que  ejercen la maternidad sin pareja.

De ellas, un 21 por ciento son separadas, divorciadas o viudas, en tanto que un 7 por ciento corresponden a las madres solteras.

La edad promedio en que las mexicanas son madres es a los 21 años, pero se registran casos desde  hasta de menores de 12 años.

De total de las 32.7 millones de madres de nuestro país,  un 20 por ciento tuvieron un hijo; un 27 por ciento, dos hijos, un 22 por ciento, tres hijos;  un 11 por ciento, cuatro hijos; y el 20 por ciento, cinco hijos o más.

Hay que recordar que en 1960 el promedio de hijos por madre era de siete, pero a raíz de campañas de planificación familiar se ha reducido y para el año 2014 se llegó a 2.21 hijos por madre.

Parecería lógico que con esa reducción, de siete a dos hijos en poco más de 50 años, la tarea de forjar mejores hijos debería  ser mucho más fácil.

Lo que se traduciría en mayor educación, capacitación, formación en valores y  ciudadanos más sanos, instruidos y productivos.

Pero esa hipótesis no aplica, ya que la desigualdad social no se redujo en la misma proporción y la inequidad es muy marcada.

Revalorar a la madre y su papel en la sociedad, con mejores condiciones y oportunidades para su desarrollo pleno como mujer y madre, ayudará a generar una sociedad más justa y con un desarrollo integral.

Por lo pronto, hay que dar más amor, cuidado y atención a las madres de todas las edades.

Es ahí donde radica la solución a una buena parte de los problemas que nos aquejan como sociedad.

Bendiciones a todas las madres en su día.