Columnas

SIN BAJAR LA GUARDIA.

EMPRENDEDORES POLÍTICOS

POR: Humberto Zúñiga López.

SIN BAJAR LA GUARDIA.

Duele lo ocurrido en el CENTRO DE EJECUCIÓN DE SANCIONES de CIUDAD VICTORIA.

Soy un creyente en DIOS, nuestro SEÑOR, JESUCRISTO.

Lamento mucho la pérdida de vidas humanas. Más la de los inocentes que purgan una condena -otros ni siquiera están sentenciados aún-.

Y qué decir de aquellos policías -los buenos-, que lo único que hacen es ganarse el sustento para sus familias arriesgando todo, incluso su vida.

Martes y miércoles fue un verdadero infierno lo que se vivió al interior del CEDES, donde de acuerdo a reportes oficiales, el saldo total de este enfrentamiento entre internos y carceleros, fue de 7 muertos y 13 heridos.

Las redes sociales convirtieron en ‘trending topic’ a nuestra otrora apacible capital. Nada benéfico para la imagen de nuestro estado que no ve la suya.

Apenas ayer hablaba de las buenas acciones para impulsar el turismo con la visita del titular ENRIQUE DE LA MADRID CORDERO, a esta entidad afectada por la pésima imagen de acontecimientos como éste.

El antecedente de todo esto es que las autoridades en sexenios anteriores, no enfrentaban la problemática al interior de cada reclusorio, donde gobernaban los mismos internos.

La tranquilidad era aparente.

Corrupción es lo que imperaba por parte de las autoridades en contubernio con los líderes.

Cuando había algún intento de poner orden, de inmediato se amotinaban y las autoridades cedían.

Famoso era aquel Director de los Reclusorios en el estado en tiempos del entonces gobernador AMÉRICO VILLARREAL GUERRA, JACINTO FLORES PEÑA (¿Le suenan los apellidos a alguna dirigente partidista?), de quien dicen los que saben de estos asuntos, entraba al reclusorio en esta capital a pactar con el entonces líder, EQUITERIO GAMBOA, originario de MATAMOROS.

Cuando se le antojaba hacía de las suyas, porque para nadie es un secreto que se han encontrado hasta hoy una serie de comodidades en algunas celdas, donde muchos de sus líderes viven mejor que afuera.

Y cuando al interior trataban de protestar, mal les iba porque se mataban entre ellos y lo máximo a lo que se llegaba era a cambiar al titular del respectivo CERESO -así le llamaban antes-, y la vida seguía como siempre con el autogobierno.

Precisamente recordamos aquellos tiempos cuando en febrero de 1992, EQUITERIO encabezó un zafarrancho donde murieron 6 internos y 18 lesionados, muchos de ellos amotinados en la azotea de las instalaciones.

Pero volviendo con lo que se vivió este martes y miércoles en CIUDAD VICTORIA, por un lado, justificables los angustiantes gritos de madres desesperadas que escuchamos afuera de este centro de reclusión, profiriendo improperios a los oficiales de la Policía Estatal, quienes por el otro, además de arriesgar su vida en esta peligrosa actividad, tuvieron que aguantar todos los insultos de quienes lo único que querían era ver a sus seres queridos con bien.

Si tomaron un mal camino, la vida y las instituciones los juzgarán. No nosotros.

Por eso no coincido con tanta mala fe de usuarios de redes sociales, quienes les desean lo peor a los internos, así como se congratulan por esta situación que le tocó vivir al presente gobierno de TAMAULIPAS.

Lo que actualmente tenemos es una reacción natural a los cotos de poder que se ejercían en estos lugares, afectados por el gobierno de FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, quien este miércoles en NUEVO LAREDO advirtió que su administración no dará ni un paso atrás en la estrategia de recuperar el orden en los Centros de Ejecución de Sanciones (CEDES) del estado.

Tiene razón CABEZA DE VACA en que la única manera de regresar la tranquilidad y mejorar la calidad de vida de los tamaulipecos, es asumiendo la responsabilidad que le toca al gobierno en todas las áreas, incluyendo los centros penitenciarios del estado, poniendo el orden que se requiere.

Literalmente lo dijo, aunque por supuesto esto traerá consecuencias, sobre todo a quienes deciden seguir fomentando la inestabilidad dentro de los reclusorios, pero insistió en no ceder, porque mientras se detecten irregularidades, «vamos a seguir entrando a poner orden, eso no puede parar porque es parte precisamente de los programas que estamos llevando a cabo».

El nombre anterior, CENTRO DE READAPTACIÓN SOCIAL (CERESOS), cambió porque quizás la percepción de la población en general era que quienes purgaban una sentencia no salían readaptados, sino peor que como entraban.

De ahí la importancia del cambio no sólo del nombre, sino que en realidad cumpla con una ejecución (odio esa palabra porque se relaciona con muerte y no con castigo) de sanciones para quienes purgan una condena.

Por eso también destaco las tareas de la administración, las cuales son  reforzadas con programas de bienestar social y acciones diversas para que las familias tamaulipecas cuenten con más espacios de convivencia que permitan reincorporarse a la actividad productiva y a la vida social normal que antes  llevaban.

Esto apenas comienza.