SUEÑOS DE LIBERTAD
CUADRANTE POLITICO
POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
SUEÑOS DE LIBERTAD
Escribir es un acto solitario, profundamente humano y reflexivo. Construir cada línea, equivale a una victoria entretejida a los recuerdos, al temor y a la vida que ahora mismo flota a lo largo del sueño y la realidad. El mundo, el país, el estado, la ciudad, la familia. Un resorte de voces de imágenes y de sonidos superficiales, constituyen el juego cotidiano de un entorno que carece de orden y nos empuja hacia el vacío de la masificación verbal.
Vivimos en el paraíso de la información, y al mismo tiempo, estamos más huérfanos que nunca de certezas. En el huerto del Google y del Facebook, nos hemos empachado de manzanas. Y aun así, no sabemos administrar debidamente el pecado de ser libres.
Solo atinamos a mirarnos en el espejo de la vanidad personal. Fotos a diario. Frases prestadas. Presumimos alguna filosofía trasnochada. Hablamos de nosotros, y con ello, dibujamos el reducido perfil de nuestras almas.
Los yoyismos retozan por el ciberespacio. La brutal paradoja es la siguiente: por un lado, los escenarios ilimitados de la comunicación del celular y del internet; y frente a ellos, una sociedad sin bases de educación y lectura, que solo atina a expresar su estado de frustración, ante los gasolinazos, la inseguridad y todo lo que se acumule.
A mí me parece, salvo lo que ustedes opinen, que la verdadera libertad, no es la virtual, sino la que ahora no tenemos: la que se nos ha escapado, y la que nos ha sido negada en la rutina diaria de las calles, del trabajo, de la familia, de los amigos, de los viajes por carretera, de la pequeña bohemia amanecida..y en suma, de todos esos gustos que, en otros países, diferentes al nuestro, todavía se pueden dar.
Valdría la pena pedirle prestado al ensimismamiento del whatsApp, unos minutos para hablar en familia, de lo que se ha ido. Para empezar hemos desterrado de nuestra vida, la confianza en nuestros semejantes. Ya no nos miramos igual que en el pasado. Ahora recelamos, hasta de nuestra sombra. Cualquier persona parada en una esquina, con celular en la mano, ya la imaginamos como lo peor.
Hemos elevado los muros de la casa, y las bardas de la escuela; terminamos por colocar gruesos barrotes de acero, en cada ventanal de nuestras oficinas. Hemos terminado por producir una nueva especie, más allá del homo sapiens..el homo paranoico. Sí, ciertamente, ya no somos los mismos. Tanto emocional, como materialmente, nos hemos amurallado.
Por eso, ahora que el gobierno de Peña Nieto twitea que a México no le gustan los muros, sino los puentes, de alguna manera está mintiendo. Pues desde hace años, en estados como el nuestro, la gente empezó a levantar paredes, tratando de defenderse, ante la ausencia de la justicia y de la ley.
Hace tiempo que como sociedad nos encerramos. De vez en cuando miramos hacia afuera. Echamos un vistazo, y preguntamos casi como un susurro a algún amigo o conocido: ¿Cómo andan las cosas? ¿Cómo las sientes? Las respuestas varían. En ocasiones pareciera que algo se compone, otras que vuelve todo a ser igual o peor. En síntesis, la incertidumbre sigue acechándonos, como ahora en que, la inseguridad y el desempleo, parecen pavimentar el mismo callejón sin salida.
¿Qué habrá sido de las pequeñas huertas y los ranchos? La mayoría de ellos lucen desolados, víctimas de la delincuencia. ¿Dónde ha quedado el bullicio de los pueblos pequeños? ¿Qué ha sido de las grandes ciudades?
¿Cómo seremos recordados nosotros mismos, en la arqueología de la memoria colectiva?
¿Cómo una mancha de pueblos reducidos al sentimiento primario de la angustia y de la indefensión? ¿Qué tipo de nación, nos espera a la vuelta del sexenio, que ya algunos partidos se disputan anticipadamente? ¿El mismo país de sombras? ¿Un nuevo ciclo de pobrezas y violencias?
He estado aquí, frente a la pequeña pantalla de mi computadora, todo este tiempo, que espero no sea ocioso. Frente a la adversidad de la sinrazón, debemos alzar una y otra vez, nuestro reclamo por lo que antes teníamos.
Hablar, debatir, analizar, como uno solo, en el vientre social de Tamaulipas. Vale la pena atesorar y hacer valer, nuestros sueños..sueños de libertad y de progreso detenido.
FUNCIONARIOS, DECIDEN REDUCIR DIEZ POR CIENTO SUS SALARIOS
El Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, convocó a los miembros de su gabinete, para que, en función de las jerarquías que ocupan en la estructura del servicio público, se sometan a la disciplina de cobrar un diez por ciento menos en sus salarios. Lo anterior, como parte de las medidas de austeridad, en solidaridad con los apuros sociales que se están dejando sentir en la entidad, y en el resto del país.
POSDATA.— Miles de negocios siguen cerrando sus puertas, ante la falta de seguridad, para trabajar honradamente, para ellos y sus familias. A ello súmele las alzas en la gasolina y en la luz.