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TOMÁS Y EUGENIO, LOS ESTIGMAS QUE CARGA EL PRI

POSDATA

GASTÓN ESPINOSA GLZ.

TOMÁS Y EUGENIO, LOS ESTIGMAS QUE CARGA EL PRI

El PRI sigue cargando el estigma de partido corrupto.

El gobierno de la 4T se ha encargado de mantener viva la imagen de que el tricolor es el responsable de todos los males que aquejan al país, colocando en la punta del iceberg al impresentable Enrique Peña Nieto.

A nivel estado, el priismo dejó una estela de corrupción y violencia que trastocó la vida de los tamaulipecos gracias a las gestiones de administraciones que caminaron de la mano con la delincuencia.

Dos exgobernadores de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores, son los mayores representantes de ese priismo carcomido por el narcotráfico y salpicado de corrupción, lavado de dinero y hasta de magnicidios.

Tomás Yarrington (1999-2004) es acusado de narcotráfico, lavado de dinero, contrabando de cocaína, extorsión, fraudes bancarios, conspiración para cometer delitos, así como colaboración con cárteles de la droga (Golfo, Zetas y Beltrán Leyva).

En tanto que, Geño Hernández, fue detenido por autoridades tamaulipecas luego de que se comprobara que adquirió un terreno de mil 600 hectáreas, propiedad del patrimonio del Estado a través de una red de prestanombres (Fernando Cano y Alberto Berlanga). Recientemente se le acusó de dos nuevos delitos: Enriquecimiento ilícito y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Estados Unidos por su parte, lo reclama para juzgarlo por los delitos lavado de dinero, operar un negocio de envío de dinero sin licencia y asociación delictuosa para cometer fraude.

Con esas cartas el PRI entra nuevamente a una elección sin muchas esperanzas de conseguir buenos resultados, aunque sus actuales dirigentes puedan presumir tener figuras jóvenes y honestas.

La metamorfosis no va con ellos.

No, el PRI no cambia, ni cambiará y menos cuando en sus filas sostienen a priistas que poco aporte han dado al partido y solamente se han dedicado a beneficiarse de los cargos públicos. El caso más patético es Alejandro Guevara Cobos, cuyo historial como diputado federal es de poca valía porque sus hazañas se resumen en pleitos con periodistas y comerciantes.

Alejandro es de esos personajes que le hacen daño al partido.

Si bien a nivel estado no es del agrado total del dirigente Edgar Melhem, se aferra a sus relaciones con mandos nacionales del partido para arrebatarle el dominio y seguir influyendo en la toma de decisiones. En El Mante, el priismo (y la sociedad) creyó que el partido se había sacudido al mitómano profesional, pero tan pronto se conocieron la designación de consejeros estatales, el exdiputado salió a tratar de imponer a varios de los suyos, pero no le hicieron caso, por lo que viajó a la ciudad de México para tumbar a varios de ellos. Guevara Cobos en su afán de dañar, logró poner como secretaria general de PRI Mante a una de sus incondicionales de nombre Erika Alonso, haciendo a un lado a un elemento valioso y talentoso como lo es la maestra Georgina Lerma.

Con Gina, el PRI hacía esfuerzos por ganarse la confianza ciudadana a través de intensas campañas sociales en colonias y ejidos de la ciudad, lo que le regresó la vida a un partido hasta ese entonces insípido. La campaña “Primero tú”, generó un gran impacto con la sociedad porque brindaba temas de interés a través de las redes sociales, sin dejar de contar con apoyos directos a los más desfavorecidos.

A Gina la han sacado por la puerta de atrás, sin darle el reconocimiento que merece. Qué injusto ha sido el PRI con ella, pero con esas acciones es evidente que al partido le importa muy poco su militancia…y que efectivamente, nunca va a cambiar.

EL SINDICATO DE COMAPA MANTE SACA LA CASTA

José Juan Martínez afrontó con decisión los nuevos retos de la Comapa.

El líder sindical de la Comisión municipal de agua potable y alcantarillado Mante, inyectó confianza a su gente y los invitó a sudar en serio la camiseta para demostrar que no eran ellos los responsables de los males.

La crisis económica que amaina sobre el organismo no fue pretexto para evadir la responsabilidad con los usuarios, por el contrario, se redoblaron esfuerzos para afrontar las fallas que con frecuencia suelen mermar el servicio de distribución del vital líquido.

Ayer, fue un claro ejemplo del trabajo en equipo que el sindicato de Comapa realiza al registrarse una falla en el sistema eléctrico, por lo que las plantas potabilizadoras 1 y 2 de la Comapa suspendieron el suministro del agua a la línea en general.

José Juan estuvo al pendiente de las acciones que sus compañeros realizaban y tras horas de ardua labor pudieron subsanar el problema. Lo mismo ocurre en drenajes colapsados, fugas, etc. Pese a las carencias que existen, el trabajo sale adelante.

Bien por el sindicato que entendió los apremiantes tiempos que se viven y lejos de endosar culpas, exigir más o chantajear al gerente en turno, decidieron demostrar que tienen el compromiso con la sociedad de responder a sus inquietudes.