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Tradiciones.

Tribuna

Por Javier Terrazas

Tradiciones.

Hoy es día de visitar los panteones, así es que tome sus precauciones de todo tipo, desde programar el mejor horario, buscar el arreglo floral,  ubicar un buen lugar para estacionarse.

Seguramente, si es fiel a las tradiciones, además de la visita para rezar un poco a su familiar, le llevará algún platillo o bocadillo de los que más le agradaban.

Para quienes hemos perdido algún miembro de la familia en forma natural es un día pesado, por los recuerdos, la nostalgia y el pesar o duelo que sigue embargando.

Imagine usted lo que significa para los cientos y miles de familias que han perdido a un ser querido en un hecho de violencia, una bala perdida, un asalto, un secuestro, un homicidio doloso por defender el patrimonio.

De estos, en nuestra ciudad y en nuestro estado hay una lista enorme.

Y peor aún, para aquellos que no pueden ir a una tumba en la que descansan los restos de sus seres queridos, porque son parte de la también larga lista de desaparecidos.

De esta última, hay según la propia Procuraduría General de Justicia del Estado, a cargo de Irving Barrios Mojica, casi seis mil personas.

Por cierto, que debe procurarse que las estancias en los panteones sean breves, porque a pesar de los esfuerzos de las autoridades municipales por  su limpieza y de las autoridades de salud, por la fumigación,  permanencias prolongadas significan riesgos.

La humedad de las últimas semanas hizo que proliferaran de nuevo los moscos, entre ellos el zancudo que es el vector de las enfermedades como el Dengue, Zika y Chikungunya.

Además, hay otra serie de alimañas, entre ellas las arañas viuda negra y violista, cuyos piquetes son muy peligrosos.

Hace unos días, en un sepelio en un poblado cercano a ésta ciudad, a un amigo le picó una araña violinista.

Y aún cuando buscó atención médica oportuna en hospitales de la capital tamaulipeca,  se encontró con la falta de medicamentos para el control de los efectos del veneno.

Resulta que la Secretaría de Salud Estatal desapareció el Centro Estatal de Toxicología, de tal forma que no existe y por tanto nadie responde a una emergencia.

Dicho centro, se redujo primero un Departamento en el Hospital Infantil, pero al poco tiempo lo desaparecieron.

En entidades vecinas como Nuevo León, San Luis Potosí y otras más lejanas como Coahuila y Chihuahua, si funciona el Centro Estatal de Toxicología, que es quien a demanda de hospitales, aporta los antídotos necesarios.

Así es que si usted por  accidente fuese picado por ese arácnido, tendría que viajar a un estado vecino para so mejor atención.

Esperemos que no ocurra ningún caso de ese tipo. Y que la Secretaría de Salud Estatal, a cargo de Gloria Molina Gamboa, gire las indicaciones para reactivar de alguna forma, esa importante área de apoyo a los Hospitales de la entidad.

Y elevemos una plegaria por la paz de nuestros difuntos. Y porque ellos intercedan ante Dios, porque regrese la paz a la tierra.

Que seamos capaces de construir un mundo más amigable, sano y en armonía.