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Turismo carretero

Tribuna

Por Javier Terrazas

Turismo carretero

Siempre he sostenido que una de las ventajas competitivas de Tamaulipas es su infraestructura carretera.

Su ubicación geográfica estratégica en el noreste de México le hace una plataforma logística relevante para importaciones y exportaciones.

Sus 17 puentes internacionales con Texas a lo largo de 371 kilómetros de frontera y 4 puertos marítimos en los 430 kilómetros de litoral con el Golfo de México son fundamentales.

Conectan a esos puntos con centros de desarrollo industrial y comercial, es decir, polos de desarrollo.

Para aprovechar mejor ese flujo de tránsito de personas y mercancías por su amplia red carretera se requiere de mayor infraestructura.

Faltan en la mayor parte de autopistas y carreteras ampliadas un sistema de paraderos turísticos conectados con las localidades que tienen atractivos naturales.

Solo por citar un ejemplo en la ruta Linares-Ciudad Victoria, existen dos puntos importantísimos a los que debe sacárseles provecho.

Uno de ellos es “El Tomaseño” en el municipio de Hidalgo, pues el tráfico prácticamente se detiene y pasa a un ritmo muy lento debido a los altos topes que hay en la cinta asfáltica.

Sin embargo, muy poco se ofrece como alternativa para que los automovilistas se detengan.

En Hidalgo existe un sitio turístico religioso denominado “El Chorrito”, al que no todo mundo puede acceder por falta de tiempo.

Por tanto, en “El Tomaseño”  puede  hacerse una capilla con una réplica de la Virgen de El Chorrito, así como un corredor  de restaurantes que reproduzcan los platillos y sabores de aquel punto.

Además de  ofertar todo lo que representa el municipio de Hidalgo en hortalizas, legumbres, frutos y granos.

Presentar  toda esa riqueza natural, culinaria y artesanal  en un corredor comercial bien ordenado, sería importante para la economía local.

Más cerca, en  el poblado El Barretal, del municipio de Padilla, hay una bella zona arbolada  en el corredor de la naranja, a la que se si le da un orden y acondicionamiento con el enfoque de naturaleza,  puede convertirse en un paraje-paradero interesante.

Con la naranja con centro de atracción, el jugo, la mermelada, el pay, la naranja fresca,  los gajos deshidratados,  la vitamina C, entre otros mucho derivados medicinales, la miel de abeja.

O bien el recorrido por una seleccionadora de naranja,  la visita guiada a una huerta modelo, entre otras actividades, puede darse un aprovechamiento integral de ese paraje.

Los paseantes regios y del noreste del país  que cruzan por esos puntos para viajar a Miramar o La Pesca en los municipios de Madero o Soto la Marina,  tendrían espacios  una escala digna e interesante.

Lo mismo las familias victorenses y del sur de la entidad que viajan a la sultana del norte.

Paraderos con enfoque turístico que conecta las fortalezas regionales con las carreteras, darían a Tamaulipas otro atractivo y ampliaría la derrama económica regional.

Son proyectos de desarrollo regional que deben surgir desde los Ayuntamientos y de la mano de la población.

Para que el Gobierno del Estado, a través de las diversas secretarías, puedan valorar e impulsar.

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, ha mostrado apertura para que ello ocurra.

Y su gabinete debe estar trabajando en armonía con los Ayuntamientos para darles forma.

No se requieren grandes inversiones para hacerlos realidad.

Así es que Fernando Olivera Rocha y los alcaldes Reyes Zúñiga Vázquez de Hidalgo y Eduardo Alvarado García de Padilla, tienen la palabra.

Solo hay que ser más observadores y valorar los entornos y potencial de cada una de las regiones.

Es tiempo de actuar.

La cuenta regresiva de la segunda mitad de la administración está en marcha.