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Voto, artículo de lujo.

TRIBUNA

Voto, artículo de lujo.

POR JAVIER TERRAZAS

El valor real de su voto, apreciado lector, no es la dádiva que pudieran ofrecerle los candidatos, partidos, operadores electorales,  e incluso instituciones gubernamentales de distinto nivel.

No son los 200 pesos, 500 pesos, mil pesos o más si es que fuese algún producto en especie como tinacos, láminas galvanizadas, cemento, block, despensas u otros.

El valor real del voto es mucho mayor si  lo analizamos desde el presupuesto específico que se otorga a los órganos electorales.

Resulta que al Instituto Electoral de Tamaulipas, de acuerdo al presupuesto de egresos del 2019 del Gobierno del Estado, se le asignaron  445 millones 819 mil 069 pesos.

Es el organismo público autónomo, responsable de la preparación, organización y realización de la jornada electoral en marcha.

Pero también tenemos al Tribunal Estatal Electoral,  responsable de dirimir diferencias y controversias entre los partidos o bien algún partido con el IETAM.

A éste órgano colegiado se le asignó como presupuesto anual 2019, la cantidad de 38 millones, 709 mil 789 pesos con 87 centavos.

Es decir, que si sumamos los presupuestos de ambos, alcanzan la cifra de 484 millones, 528 mil, 858 pesos con 87 centavos.

Casi los 500 millones de pesos, en números redondos.

Estos recursos, provienen del presupuesto del Gobierno del Estado de Tamaulipas, que no es otra cosa que de los impuestos de los contribuyentes, es decir, de los bolsillos de usted.

De los poco más de 445  millones que recibe el IETAM, una parte se asigna a los partidos políticos que participan en la contienda electoral bajo el concepto de prerrogativas.

Para éste proceso electoral del próximo domingo 2 de junio, en que elegiremos 22 diputados de mayoría relativa (los votados en las urnas) y 14 de representación proporcional o plurinominales (aquellos que se asignan en base a una fórmula que considera la cosecha de votos de cada partido en urnas), les fueron otorgados 45 millones 270 mil 702 pesos con 78 centavos.

Al PAN tamaulipeco que dirige Francisco Elizondo Salazar, se le dieron 20 millones, 262 mil 961 pesos con 47 centavos.

Al PRI estatal que preside Yahleel Abdalá Carmona, le entregaron 15 millones, 851 mil 361 pesos, con 09 centavos.

La dirigencia estatal del PRD recibió 835 mil 769 pesos con 39 centavos;  al igual que el PT de Alejandro Ceniceros y Arcenio Ortega Lozano.

La misma cifra fue para las dirigencias del PVEM que controla Patricio King López; y la del PMC todavía de Gustavo Cárdenas Gutiérrez y sus muchachitos gritones.

A MORENA, que dirige Enrique Torres Mendoza, le entregaron 5 millones 674 mil 147 pesos con 6 centavos.

Y al único candidato independiente, de Nuevo Laredo, Octavio Almanza Hernández, le dieron solo 139 mil 155 pesos con 60 centavos.

Si a los casi 500 millones de pesos proveniente de los impuestos que el Gobierno del Estado destina a la organización de la elección se le agregan los que aplica el INE en Tamaulipas, la cifra se dispara.

Y de la misma forma si se llegasen a contabilizar los recursos de aportaciones de militantes y particulares a los partidos políticos en el proceso electoral.

O aquellos que los institutos obtienen por actividades propias de recaudación como cuotas y rifas.

Súmele además el esfuerzo que a través de horas de trabajo hombre-mujer, se realiza por parte de los partidos políticos, candidatos y sus equipos de campaña.

Más los tiempos  aire de radio-televisión que les concede el Gobierno para la difusión de sus plataformas políticas, propuestas de campaña y hasta ataques subliminales o directos a los adversarios.

O también el tiempo y espacio que los medios de comunicación privados, periódicos impresos, digitales, radio, televisión, redes sociales, que destinan a la cobertura de las campañas electorales, debates,  propuestas.

Y no se olvide de los gastos subterráneos que los partidos, candidatos o empresas encuestadoras realizan en sus sondeos para conocer las preferencias electorales.

Como puede apreciarse, si sumamos lo tangible y lo intangible, el costo de la elección y por tanto del voto se va a las nubes.

Entonces, la ansiada democracia cuesta. Y cuesta mucho.

Pero siempre será mejor elegir en las urnas a nuestros representantes populares,  que por la vía de las armas.

Las urnas, aunque caras, es la forma pacífica y todavía civilizada ( a pesar de la guerra sucia y la intromisión de poderes fácticos obscuros)  que tiene la ciudadanía para elegir a sus gobernantes.

Las armas son la otra vía y creo que nadie las quiere como factor de decisión en el terreno electoral.

Ya mucho daño hacen en el quehacer cotidiano, como para que sea esa la forma de definir quién o quiénes  gobiernen.

Si como ciudadanos, a través de los impuestos le invertimos tanto a la democracia, como la vía pacífica de construir  democracia y gobernanza,  es  de gran relevancia e importancia asistir a las urnas.

Hay que acudir a votar siempre. Salvo causas de fuerza mayor.

También es la mejor forma de decirles a las autoridades, sean legislativas o ejecutivas, si estamos de acuerdo o no con su forma de representarnos.

El voto, es un artículo de lujo, por su altísimo costo. Así es que úselo, ejérzalo.

De otro modo, es dinero mal invertido y tirado a la basura.

Y lo más grave, que deja que unos cuántos decidan qué tipo de país quiere para usted y su familia.