Columnas

Voto, lo positivo de su costo.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Voto, lo positivo de su costo.

Cada vez que pasa una elección, ya sea federal o local, salen a la luz pública análisis sobre costo que tiene el voto en México.

Obvio, siempre dependerá de la forma en que se vea ese costo, ya sea en el sentido positivo de la aplicación de recursos para la democracia, como está concebido en la Legislación mexicana o bien, en sentido negativo, como una carga para el presupuesto.

Siempre es en el sentido negativo, como si invertir en la democracia no tuviese repercusiones positivas en la vida social y política del país.

Bajo esa perspectiva, sólo basta imaginar lo que sucedería si las Leyes Electorales no considerasen el financiamiento público a los partidos políticos y estos debieran de contender por los mismos cargos, pero, con pesos diferentes, salidos de quien sabe dónde o quien sabe para qué.

Si así, con la entrega de las prerrogativas a partidos y candidatos, cuyos recursos son bien fiscalizados por los organismos electorales, salen con que no se respetaron los topes de campañas y, por lo tanto, la competencia no fue pareja, el financiamiento privado, corporativo, extranjero o de dudosa procedencia, enfrentaría a los partidos políticos y sobrevendría la inestabilidad política de las entidades y de la nación.

A partir de ello es que, tenemos que pensar si el respaldo que dan las Leyes a los partidos políticos es bueno o malo y para dejarlo bien, claro, recordemos el impacto que tuvieron movimientos como el del perredismo en el Distrito Federal cuando Andrés López Obrador no ganó la presidencia de la República y tuvo paralizada la Ciudad de México.

Cientos de comercios quebraron, la situación era caótica y las Cámaras Empresariales tuvieron que emplearse a fondo para respaldar las acciones del Gobierno Federal para acabar con ese tipo de problemas, ahora bien, si detrás del movimiento de López Obrador en aquel tiempo, estuvieren financiamientos de otro tipo, claro que los que le invirtieron le exigirían que lo mantuviera sin importarles nada.

En sentido positivo hay que ver la información sobre el costo del voto y el porcentaje de aumento que tuvo para las elecciones locales de cuatro entidades del país, que fue de 446 pesos, contra 112 que salió en la elección federal del 2012.

En negativo y a simple vista, es mucho y en automático tiene que pensarse en que los recursos públicos se retiren a los partidos políticos, ante el supuesto de que hay cosas más importantes que atender con el presupuesto que las elecciones la democracia.

Pero, el asunto no es de vista simple ni de cosas sencillas, porque plantados en la realidad, sin democracia no hay ni estabilidad social, política y por lo tanto presupuesto para atender las necesidades de los mexicanos, ya que, más de lo que cueste el voto, tendrá que destinarse a superar las emergencias generadas a partir de los movimientos políticos de las diferentes regiones del país.

Quizá sea importante recordar lo que aconteció en Tamaulipas, cuando no había financiamiento público para los partidos políticos y tras las elecciones intermedias durante el Gobierno de Don Enrique Cárdenas González, hasta quema de edificios municipales y gritería, como decía el siempre bien recordado don Bocho Quintanilla, había por todas partes, al grado tal que llegó a considerarse a considerarse que las complicaciones derivarían en la caída del Gobierno y por tanto, los brotes de violencia política en Mante, Valle Hermoso, Río Bravo, Reynosa y  Matamoros, requerirían la intervención de las autoridades federales.

Que el voto cueste y que una parte se financie con presupuesto del Estado mexicano, tiene más elementos positivos que negativos, si lo vemos como el vaso de agua medio lleno en lugar de medio vacío.

Hay que reafirmar que los casi cinco mil millones de pesos que costaron las elecciones municipales de Veracruz y las locales generales de Coahuila, Nayarit y el Estado de México, es una de las mejores inversiones que se hicieron en este año por parte de los Gobiernos estatales, si tomamos en cuenta que, en tiempo postelectoral inmediato que se vive en esas entidades, es de tranquilidad y de gran credibilidad en los organismos electorales.

Cada entidad del país tiene presupuestados los recursos que le costarán sus elecciones y, para las elecciones federales del 2018, que contiene el relevo en la presidencia la República y, para que los de mente negativa que consideran el financiamiento púbico a los partidos políticos como algo malo y que no debe de existir, hay que recordarles que, está en la Ley y, para que pueda quitarse de ella, tiene que existir una iniciativa ante el Congreso de la Unión, para que allí se discuta y se resuelva.

En caso contrario, hablar de los altos costos del voto, sin pensar en el valor social que tiene en materia de tranquilidad política, es palabrería barata y lleva la intención de que los ciudadanos se queden con la parte negativa de lo que implica que el voto cueste y se encarezca.

Ya habíamos comentado aquí, que el financiamiento público, no es la única alternativa que tienen los partidos políticos para contar con recursos destinados a los procesos electorales, pueden hacerlo mediante ingresos obtenidos por actividades como rifas, concursos, réditos por inversiones en bolsa, por la venta de libros, sobre sus actividades e ingresos derivados de aportaciones de sus militantes.

El asunto es que, de todas ellas, la única que funciona es la de las prerrogativas que los organismos Electorales les entregan, en función de los votos que sacaron en la elección inmediata anterior y cuyo destino tiene que comprobarse mediante la fiscalización de las propias autoridades electorales.

Ahora bien, la entrega de recursos no lo es todo, el Gobierno de la República aporta tiempos en medios de comunicación electrónica que tienen concesiones federales, para que, la publicidad que requieran los partidos políticos y que es lo más costoso de una elección, se pase en tiempo del Estado, situación que redujo en mucho el tamaño de las prerrogativas que plantearon los partidos en materia de financiamiento público.

Aportar recursos presupuestales a la democracia, siempre es mal visto, pero, hay que saber que son positivos y que sirven para mantener la estabilidad del país, por lo tanto, no hay voto caro, es lo que cuesta y ya, pero, lo que cuesta en tranquilidad política electoral y social

En el 2018 cuándo haya elección local en Tamaulipas, el IETAM requerirá presupuesto para las prerrogativas, y será plantado en la propuesta que se elabore por allá entre octubre y noviembre de este año.