Y ahora a trabajar y a cumplir… el tiempo es corto
Y ahora a trabajar y a cumplir… el tiempo es corto
Por Fernando Azcárraga L.
Finalmente llegó el momento y hace 15 días los nuevos presidentes municipales de la zona conurbada del sur del estado tomaron protesta de ley y lo mismo hicieron los integrantes de sus cabildos que los acompañaran durante los próximos tres años. Quienes por primera vez ocupan ese cargo tienen ante sí diferentes disyuntivas en sus primeros días al frente de sus nuevos encargos y depende en muchas ocasiones de cuales de esas alternativas tomen para que en el corto plazo se puedan ver de qué dimensión será su trabajo en favor del municipio que les toca administrar. Entre estas alternativas se encuentra una que es muy común cuando hay alternancia de partidos y sobre todo cuando ambos partidos el ganador y el perdedor son antagónicos históricamente o cuando durante la contienda electoral se producen roces o enfrentamientos que en ocasiones tardan en diluirse o “sanar” un largo tiempo. Lo anterior trae como resultado que la nueva autoridadllegue con una actitud de revanchismo, denostando todo lo que la anterior administración realizó, se introducen en una dinámica de críticas y descalificaciones contra los anteriores alcaldes y funcionarios, y cuando el líder de estos denuestos es el nuevo alcalde inmediatamente sus funcionarios y los miembros de su planilla en el cabildo los secundan aumentado lógicamente el encono y la animadversión en contra de los que los antecedieron en el cargo, además se crea un ambiente de terror y acoso entre la mayoría de los servidores públicos del municipio. Esta actitud es muy desafortunada porque se pierden valiosos meses que son vitales para la planeación de los programas y obras además de muchas tareas que se contemplan realizar durante la gestión de tres años que en días se reduce a solo 1095.
No pretendo señalar que la administración de entra se desentienda de problemas de corrupción o de otro índole que necesariamente tengan que ser investigados o atendidos por los órganos correspondientes para ello, eso no está a discusión es además una obligación de cualquier autoridad hacerlo. Lo cuestionable es llegar a trabajar con una actitud bélica y hostil en contra de “todo” y “contra todos” se pierde mucho tiempo, se produce mucho desgaste y en ocasiones se envuelve en un ambiente ingrato e insensible en la que muchos trabajadores salen lastimados, se despide a gente valiosa, a gente honesta, a personas que han laborado por muchos años y que son “echados” de forma vergonzosa; esto en la mayoría las ocasiones causa un tremendo daño económico al municipio, primero por la gran cantidad de liquidaciones que la ley obliga otorgar a los empleados despedidos y otra por las demandas laborares que son generalmente ganadas por los trabajadores y que en ocasiones significa una gran erogación económica es detrimento de la calidad de servicios que el municipio tiene la obligación de ofrecer a todos los ciudadanos, además los laudos son determinados en varios años y la administración que ocasiono los despidos no sufre los daños de su decisión, los problemas llegan varios años después y los gastos tienen que ser pagados por las administraciones siguientes. Penoso pero así sucede.
Otra disyuntiva es llegar e iniciar obras, programas o adquisiciones en las primeras horas de ejercicio gubernamental, esto ocasiona con el tiempo delicados problemas legales porque se omiten licitaciones, se evaden muchos procedimientos de normatividad que al paso del tiempo son detectados por las auditorias que los órganos de fiscalización realizan a los municipios. Les gana la emoción, actúan con prisa y luego sufren las consecuencias. Apenas llevan quince días en sus nuevas tareas, aún es tiempo para replantear las estrategias e iniciara cumplir sus ofertas políticas realizadas en sus campañas, esperemos que pronto pasen estas situaciones que están sucediendo en algunos de los nuevos ayuntamientos para pasar lo antes posible a los proyectos que beneficien a todos los que vivimos en la zona conurbada del sur del estado.