Columnas

¿Y dónde está Martínez Castañón?

Remache del cambio

Por: Enrique Zúñiga Castillo

¿Y dónde está Martínez Castañón?

Mientras a nivel nacional la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha aplicado diversas multas a gasolineras, gaseras, tortillerías y otros comercios abusivos a la hora de fijar los precios de la canasta básica, en Tamaulipas, Alejandro Martínez Castañón, delegado de la Profeco, deja hacer y pasar a los establecimientos que aumentan los precios injustificadamente o se valen de malas mañas para clavar la espuela a los compradores. Siguen con sus atropellos a los bolsillos del público.

Por ejemplo, algunas de las grandes firmas comerciales han implementado como práctica abusiva la de colocar en la estantería unos precios bajos como oferta visible a los compradores. Algunos clientes víctimas del engaño, para aprovechar el gancho toman varias unidades del mismo artículo. Sin embargo, al momento de pasar a la caja, en la cuenta aparece una cantidad mayor al precio estipulado en los pasillos y si los interesados no observan, es segura la estafa. Insisto es una política perniciosa que hoy siguen algunas cadenas mercantiles. Si los clientes reclaman, a los cajeros, éstos hacen el ajuste correspondiente, de lo contrario, pagan más por unas mercancías que engañosamente aparecen como “ofertas”.

Mientras la dependencia que en Tamaulipas encabeza Martínez Castañón el tema ni siquiera lo aborda. Ya no hablemos de gasolineras y gaseras que descaradamente roban al servir menores cantidades de las que cobran.

Remache de ayer

A mediados de los setenta del siglo pasado existían unos 11 mil establecimientos a los que bastecía de diferentes artículos la Conasupo. (Debo decir, a quienes nunca conocieron de este acrónimo, que era una empresa paraestatal dedicada a llevar a todas las poblaciones los productos básicos. El significado era el de Comisión Nacional para la Subsistencias Populares). Bueno, pues de la Conasupo dependían más de 10 mil changarros, centros comerciales, Conasuper, entre otros.

Algunos de los precios, en aquella época, eran estos: Arroz 12 pesos el kilo, azúcar morena 2 pesos 15 centavos el kilo, frijol popular 6 pesos el kilo, harina de maíz 3 pesos 30 centavos el kilo, pasta un peso 45 centavos la bolsa, aceite de soya 12 pesos 80 centavos el litro.

Al mantener inalterables los precios por el tiempo necesario, la Conasupo protegía el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables, ponía coto a la especulación y evitaba la escasez.

La información presentada aquí la encontré en el Archivo Histórico de Tampico “Carlos González Salas”.

¡Qué suene la banda, Alma!

La insensibilidad y la ignorancia han prevalecido en la decisión de desparecer la Banda Municipal de Altamira Tamaulipas. En contraste, síndicos y regidores han insertado en las listas salariales a hijos, ahijados, sobrinos, cuñados, parejas, guachomas, etcétera. Esta política forma la suave brisa del cambio encabezada por Alma Laura Amparán, la presidenta municipal. ¿Pensar en reelección?

Remache de estilo para principiantes

INCREÍBLE: Podemos presenciar cómo, en distintos medios de comunicación, los conductores, locutores, anunciantes, etcétera, abusan del adjetivo INCREÍBLE. “Fui de paseo y me la pasé INCREÍBLE”, “Compre a este precio INCREÍBLE”, “Fulano es un artista INCREÍBLE”. Hoy todo resulta INCREÍBLE, como si faltaran adjetivos para designar las cualidades de los seres o circunstancias.

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