Columnas

Yahleel con la derrota sobre los hombros

PRESENCIA

ANA LUISA GARCÍA G.

                < Yahleel con la derrota sobre los hombros

            < Dirigentes priistas en estado virgen

            < Guajardo entrega un partido en el sepulcro        

No hay duda de que el PRI empieza a desenvolverse como partido de oposición. Un signo es la eventual designación de Yahleel Abdalá Carmona como presidenta del CDE quien viene de una derrota, pero también proviene de un recorrido intenso por el estado en su intento de alcanzar una curul en el Senado de la República, por lo tanto no es una desconocida ni para el priismo ni para el ciudadano común.

Antes en el PRI quien fuera derrotado era prácticamente discriminado de toda probabilidad de representar a su partido, ni como dirigente y mucho menos como candidato(a).

En cambio la oposición panista o de izquierda, sus candidatos reincidían hasta lograr la victoria, ahí tiene Usted a Miguel Ángel Yunes Linares, actual gobernador de Veracruz, que perdió frente al corrupto Javier Duarte y en la 2ª oportunidad alcanzó la silla principal de Xalapa. Otro ejemplo es el de Felipe Calderón, quien perdió la elección de gobernador de su estado, si se hubiera amilanado  en esa primera intensión nunca hubiera sido Presidente de México.

Y que decirle de Andrés Manuel López Obrador a quien su esposa Beatriz Gutiérrez Müller le canta la melodía de “El Necio” en honor a su terquedad que luego de tres intentos, finalmente lo llevó a lo que hoy es, el próximo Presidente de México.

Fuera de nuestro país también hay infinidad de ejemplos, que han dejado una lección de perseverancia y comprobado que a veces el segundo o el tercer intento permite vencer a los oponentes.

Con esto confirmamos que el PRI dejó sus viejas prácticas de hegemonía absoluta, para convertirse en una real oposición sin el prejuicio de que los derrotados se eliminaban como pañuelos desechables. Incluso, de ser confirmada Yahleel en la dirigencia estatal de su partido, estaría realizando un segundo o tercer recorrido por la entidad convirtiéndola en una mejor opción de candidata a futuro.

2.- Hay expresidentes que llegaron en estado “virgen” porque nunca antes tuvieron ninguna experiencia, no fueron candidatos ni a regidores, por lo tanto no sabían lo que era conquistar un voto. Entre estos podemos anotar a Homero Díaz Rodríguez, que incluso hasta sonó para ser candidato a gobernador, Ramiro Ramos Salinas quien llegó al Congreso por la vía plurinominal.

Es el mismo caso de Don Rafael González Benavides con trayectoria administrativa, pero sin consultar las urnas. Hoy es diputado local plurinominal, curul que obtuvo por haber conducido el Partido Tricolor.

Los hubo auténticos operadores políticos aunque nunca compitieron por ningún puesto, pero si llegaron por la vía plurinominal, entre ellos podemos anotar a Ricardo Gamundi Rosas, el que mejores cuentas electorales rindió como presidente del Tricolor y fue diputado local y Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso.

Otros con trayectoria en las urnas como es el caso del Ing. Enrique Cárdenas del Avellano, famoso por obtener triunfos en circunstancias electorales particularmente difíciles, ha participado en tres comicios, ninguno ha sido fácil en todas ha ganado.

El PRI en sus buenos tiempos tuvo mucho en común con el Canal de las Estrellas, cualquier favorito lo hacía candidato y lo llevaba al triunfo. Y muchos que durante años hicieron “talacha” nunca tuvieron el beneficio ni siquiera de una regiduría.

Aquí el tema, es que hasta ahora, ninguno de sus presidentes venía de haber perdido una elección como candidato. Abdalá Carmona será la excepción si este fin de semana es ungida como la nueva presidenta del Comité Directivo Estatal. Antes se le denominaba a quien llegaba a esa posición como “líder”, un concepto que se fue desgastando con las derrotas que cada vez se hicieron más frecuentes y más abundantes, hasta casi desaparecer el partido.

3.- Precisamente la chamba que le tocará a la nueva dirigencia, es revivir a un partido que casi está en el sepulcro. Darle oxígeno de boca a boca, inyectarle la energía suficiente para que se ponga de pie y mantenerse firme ella para no caer bajo el alud de la derrota que pudiera generarse en el 2019, porque para entonces no habrá el pretexto del arrastre de la candidatura presidencial de un caudillo o de algo similar.

Abdalá a diferencia de otras figuras recias, con carrera y con nombre, no tiene nada que perder y mucho por ganar.

Convertirse en dirigente estatal del PRI tamaulipeco tendrá su recompensa pese al desalentador panorama que ofrece. Para un elemento joven que apenas empieza a hacer carrera, representa acrecentar su curriculum, con suerte y hasta le alcance el beneficio de una curul plurinominal. Recorrer por 2ª ocasión el estado le puede  redituar otra oportunidad electoral a largo plazo.

Con 36 años de edad que estará cumpliendo el martes de la semana próxima, su capital político es una carrera dentro de su municipio de origen, eso sí muy versátil y desarrollada a lo largo de los 18 años de este siglo, donde lo más destacado fue la diputación Federal del 1er Distrito con cabecera en su natal Nuevo Laredo.

En esas condiciones estaría preparada para emprender una aventura en un terreno minado por la derrota, en un contexto estatal dominado por dos corrientes políticas (PAN y MORENA) que han demostrado supremacía en las últimas contiendas electorales.

Si en el 2019 el PRI no lograra superar sus números del 2016 y del 2018, la nueva dirigencia no habrá perdido terreno, simplemente se habrá apoltronado en el reducto heredado.

Sin lugar a dudas, una tarea nada fácil para los relevos de Sergio Guajardo y Aída Zulema Flores, quienes pasarán a la historia por la entrega del más pobre de los reductos políticos que hubiera tenido el Revolucionario Institucional a lo largo de su historia.