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YAHLEEL: LA DIRIGENTE SIMI

HIPÓDROMO POLÍTICO

POR CARLOS CORTES

YAHLEEL: LA DIRIGENTE SIMI

Para la militancia priísta tamaulipeca, ha resultado toda una tragedia la llegada de la ex diputada federal, Yahleel Abdalá Carmona, a la dirigencia del tricolor de Tamaulipas. A su llegada, se desplegó todo el aparato propagandístico para que al final la luz se extinguiera sin pena gloria. Ahora sí que la mujer llegó, se impuso y se apagó. Y de ahí en fuera no ha pasado nada interesante desde entonces.

Y es que en este mismo espacio hemos replicado las observaciones y aportaciones de muchos de nuestros lectores: quien llegue a la dirigencia del PRI se vuelve egoísta al grado de que sólo piensan en ellos. Para muestra la presidencia de Sergio Guajardo Maldonado en donde no sólo se vivió la más terrible y triste de las derrotas tricolores en la historia de ese partido, sino que además Guajardo Maldonado se sirvió de los recursos partidistas con el cucharón, al grado que sus parientes también cobraban en el “ex invencible”. Y, se dice fuerte y en todos los mentideros políticos, que Guajardo hizo hasta lo imposible por quedarse hasta al frente del tricolor hasta 2019 para agenciarse, agandallarse dirían algunos, la primera posición plurinominal de la lista priísta, con el triste merecimiento de que “esto es mío”. Sin embargo, tristemente para él no se le hizo, lo que representó una alegría para el resto de los militantes del Revolucionario Institucional.

Yahleel Abdalá Carmona, candidata perdedora a Senadora de la República en la elección federal del pasado primero de julio, se asegura que cacheteó a Guajardo Maldonado días antes del proceso electoral al haberle negado los recursos para el día “D”, lo que impidió la movilización de las huestes tricolores, y con ende mandó a Yahleel al sótano de la votación, por debajo del Movimiento de Regeneración Nacional y del PAN, lo que acabó con sus sueños de llegar a representar a Tamaulipas en la tribuna más alta del país.

Pero fíjese Usted lo que son las cosas, querido lector. Yahleel fue secretaria de la Comisión de la Cuenca de Burgos de la Cámara de Diputados a partir del lunes 2 de julio de 2018 y hasta el primero de agosto y en lo personal, me gustaría que la ex legisladora me dijera, porque tengo derecho a saberlo, en que temas avanzó en menos de un mes que ocupó el cargo, porque si además le fue igual que con el tema de la legalización de los autos chocolates, asunto en el que invirtió sus tres años como diputada federal, tiempo, recursos y mucha saliva para nada, hoy puedo entender porque a todos los diputados se les critica de no lograr nada que no interese a las altas cúpulas del poder.

Además, Yahleel no ha dicho esta boca es mía para desmentir, o en su caso aceptar, las acusaciones de que su padrino político que le permitió llegar a la dirigencia tamaulipeca partidista es el ex gobernador tamaulipeco de triste memoria, Egidio Torre Cantú, o que su apoyador número uno ante la cúpula nacional, léase Claudia Ruiz Massieu o José Antonio Meade Kuribreña, para llegar al Comité Estatal del PRI, fue el también ex diputado federal, Edgardo Melhem Salinas, quien ahora tiene en ella, en Yahleel, un alfil que le permitirá tener la ilusión de acceder a la plurinominal número uno para la elección local del próximo año, y desde el Congreso Local seguir accediendo a los recursos públicos, porque no debemos olvidar que vivir fuera del presupuesto es un “horror”. Pero como dicen en mi pueblo, del dicho al hecho hay mucho trecho y a Edgar podría caérsele la candidatura pluri si a Yahleel se le mete en la cabeza también llegar al Congreso Local para no perder la oportunidad de ser becada a lo largo de los siguientes tres años. Es decir, Yahleel y Edgar de aliados podrían convertirse en adversarios, que no enemigos, por la pluri número uno en la elección local del próximo año. Hay que recordar que Melhem también tiene el estigma de perdedor en los últimos compromisos partidistas en que fue incorporado: la elección local del 2016 y la federal de 2018. Y ese estigma para quitárselo estará muy difícil.

Los priístas de Tamaulipas ya no creen en nadie ni en nada. Egidio los decepcionó e hizo un uso patrimonialista del partido, pareciera que vengándose de la militancia tricolor por algo que no fue su culpa. Con Enrique Ochoa Reza como dirigente nacional y con Rafael González Benavides perdieron el Gobierno del Estado después de 86 años y ni siquiera una disculpa o una explicación a los tricolores y con Sergio Guajardo Maldonado se quedaron prácticamente sin nada, al perder escandalosamente la presidencia de la república, las senadurías, las diputaciones federales, y los ayuntamientos de Matamoros, Tampico y Ciudad Victoria.

El PRI, el partido que no los militantes, va de mal en peor. Y con Yahleel y sus patrocinadores no se ve un escenario diferente, no se ven ganas, no se ve compromiso, no se ve estrategia, no se ve trabajo, no se ve idea nuevamente. Y la derrota del pasado primero de julio podría ser un juego de niños junto a lo que se avecina el próximo año si la nueva dirigente, que no líder, no se pone a trabajar. Yahleel, lo reitero, al día de hoy no le ha alcanzado para más que ser la dirigente priísta simi, que es lo mismo, pero más barato.

  1. 1. Ayer causó sorpresa ver al presidente Enrique Peña Nieto, quien reanudó sus actividades públicas la tarde de este lunes, con un golpe en el lado derecho de la frente. De acuerdo con funcionarios del primer círculo del todavía presidente de la República, el mandatario sufrió un percance el pasado lunes por la noche al golpearse el rostro con una puerta. El golpe está localizado en la sien derecha, muy cerca del ojo y con algo que parece un raspón en el pómulo del mismo lado del rostro. Y aunque el primer mandatario minimizó el hecho, lo cierto es que el golpe está ahí y está muy marcado.

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