Columnas

DON COLÁGENO

EL FRANCOTIRADOR

   Por Óscar Jiménez

DON COLÁGENO

Dos personajes se llevaron la noche del sábado en un lugar del estado de Zacatecas. Uno, queriendo ser siempre ridículamente juvenil y el otro avejentado por las presiones legales a las que ha estado sometido en los últimos meses.

El primero. Ya muchos le empiezan a apodar Don Colágeno porque hay demasiados rastros de esta proteína en su rostro. Colágeno y bótox han sido sus mejores amigos en los últimos años.

Pero la pena no lo tortura, al contrario, Eugenio Hernández Flores parece disfrutar sus constantes esfuerzos por retener la juventud.

Les cuento que el ex gobernador de Tamaulipas llegó al bonito recinto social como torero, cuando la plaza estaba llena, como para querer recorrer el ruedo entre aplausos. Pero no, no lo hizo, y casi no saludó a nadie.

El segundo. Avejentado con mucha rapidez. Y es que la cárcel no es el paraíso al que él se imaginó llegaría cuando fue el rey del concreto y el asfalto en Tamaulipas.

Fernando Cano Martínez, fue uno de esos hijos deformes que arrojó al mundo de la política y sus negocios al amparo del poder público el gobierno priísta en nuestra entidad. Amo de los contratos y licitaciones y con tentáculos en muchos municipios tamaulipecos.

Pues bueno, ellos dos se aparecieron en el hotel Quinta Real de Zacatecas en el banquete de la boda del hijo de Fernando Cano Martínez con la hija de Guillermo Villarreal, un importante empresario periodístico de Ciudad Victoria.

Y aunque la noche del pasado sábado era para estar completamente alegre, Fernando Cano no lo fue porque trascendió que “no se le permitió” que llevara a su actual esposa Adriana que fue la que provocó el divorcio del constructor con Sonia de Pau, quien sí acudió con su nuevo esposo.

Sonia de Pau es el nombre del terremoto que provocó la caída de Fernando Cano y el inicio de la caída de la estructura económica tricolor en Tamaulipas. El proceso de divorcio y el pleito por la enorme fortuna (propiedad de varios y no sólo de Fernando Cano) dio pie a varias investigaciones legales.

Pues bueno, la boda del hijo de Fernando Cano y la hija del empresario periodístico victorense arrojó la reunión de buena parte de la clase política en suelo zacatecano.

Estuvieron en el hotel Quinta Real de Zacatecas el ex rector de la UAT y ex diputado federal priísta Humberto Filizola Haces, Sergio Zertuche (yerno de Humberto Filizola) y su esposa, José (Pepe) Salazar Jr. y señora, Enrique Cárdenas del Avellano y señora, el dirigente del Movimiento Territorial del PRI Tamaulipas Humberto Valdez Richaud (Betico) y señora, entre otros.

Pero les sigo contando que esta boda fue la reaparición pública, aunque lejos de Tamaulipas, de Eugenio Hernández Flores, quien estuvo al lado de una de sus hermanas y sobrinas y una de sus hijas.

Eugenio y Fernando estuvieron como en los viejos tiempos, antes de que Geño fuera gobernador…siempre juntos. ¿Quién sabe qué platicarían en toda la noche?

Geño Hernández no se separó de Fernando Cano en toda la noche y no saludó prácticamente a nadie. Evitó saludar a sus compañeros de partido (PRI), y rehuyó incluso sus miradas. ¿Por qué?

¡Ah! Pero eso sí, el vino tinto corrió con cierta fuerza por la garganta del ex gobernador de Tamaulipas, y su pose siempre fue de gran señor feudal. ¡Por favor!

Y es que mientras los tamaulipecos quieren que se castigue legalmente a quienes formaron parte de su gobierno estatal por habernos dejado hundidos en las deudas y la violencia social, él anda a sus anchas por todo el país.

Y en relación a Fernando Cano, pues qué les digo, este empresario que tocó el cielo con sus dedos con tanto dinero que manejó, ahora es un hombre con muchas canas en su pelo y arrugas prematuras por las presiones que trae consigo andar en problemas con la ley.

Por cierto, esta boda solamente fue una de dos cosas que dio como resultado que “la gente bonita” de Victoria se ausentará de sus calles, avenidas y centros sociales.

¿Por qué? Porque también este fin de semana hubo otra gran boda. La del hijo del ex director administrativo por 12 años (Nazario Assad) de la secretaría de salud en Tamaulipas.

Sí, el ex director administrativo de salud tan mencionado en las crónicas negras del final de sexenio anterior estuvo de fiesta en la Ciudad de Monterrey.

MAQUIAVELITO

   …Las balas no fueron las únicas que terminaron con la vida de Denisse (penal Cd. Victoria), también lo hicieron las redes sociales. Sí, la violencia de las redes sociales y su uso como “arma” para atacar periodistas tuvo una terrible coincidencia…el asesinato Denisse. ¡Hasta cuándo seguiremos así!

osjinuf@gmail.com

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