Columnas

LAS LENGUAS EN LA UNIVERSIDAD

Victoria y Anexas

Ambrocio López Gutiérrez

LAS LENGUAS EN LA UNIVERSIDAD

Hace tiempo, en un artículo titulado “Etnicidad: inclusión y equidad”, la doctora Gloria Esther Trigos Reynoso, dio a conocer una primera aproximación al conocimiento de las características de un segmento de la población estudiantil de la Universidad Autónoma de Tamaulipas: alumnos que proceden de una comunidad indígena y/o hablan una lengua indígena. Los objetivos de ese entonces, se lograron en alguna medida: Identificar a los alumnos que hablan alguna lengua autóctona, su procedencia y desempeño académico; conocer cuáles son las variantes lingüísticas presentes en la institución y, visibilizar a esta población estudiantil para contribuir a mejorar la atención brindada durante sus estudios.

En entrevista dijo que se especifica que se lograron en alguna medida, dado que aún no es posible identificar a todos los alumnos porque no todos están dispuestos a darse a conocer, tampoco conocemos todas las variantes lingüísticas, aunque se habló de la existencia de 14 tomando como base el lugar de procedencia y, se ha logrado avanzar escasamente, en dejar entrever su presencia. El total de estos alumnos ha tenido incremento constante en nuestra institución lo que refleja confianza en la misma. Su presencia data, por lo menos, desde enero de 1994. En el primer estudio se reportaba la existencia de 638; en el primer semestre del año 2020, se habla de 847, lo que nos impulsa a generar acciones que nos permitan incentivar su buen desempeño académico y el logro de sus metas.

En este momento, vemos como importante, y es a lo que se aspira, lograr su confianza para expresarse y, con ello, permitirnos conocerlos mejor. Con este propósito se ha seguido insistiendo en comunicarnos con ellos, logrando a la fecha 213 respuestas, que equivalen a un 25.14% del total mencionado, entre egresados, inscritos y desertores. Se comparten algunos datos brindados por este grupo, a través de su respuesta a correos electrónicos, llamadas telefónicas, mensajes de WhatssApp, contacto a través de terceros, así como algunos casos incluidos por extensión, esto es, cuando se identifica que un alumno que dijo hablar alguna lengua indígena específica, tiene uno o varios hermanos estudiando en la Universidad, pero que no habían brindado esa información.

La fuente de información considerada como punto de partida para este trabajo, es el Sistema Institucional de Información Académica y Administrativa (SIIAA) de la propia Universidad. Sin embargo, al no ser suficiente por el alcance que se le pretende dar a este estudio, se tuvo que recurrir a los medios antes señalados para enriquecer los datos de manera cualitativa. Es así que se enviaron más de 1000 correos, ya que algunos alumnos registran hasta dos correos distintos, que en muchas ocasiones son rechazados debido a que las cuentas ya no están vigentes o el buzón está lleno. Y, de un buen número de los que se envían sin problema aparente, simplemente no tenemos respuesta.

Esto refiere una gran falta de actualización de datos personales, y muy probablemente, temor a participar. Se ha recurrido a solicitar el apoyo de los que sí contestan, para identificar a más alumnos; algunos dicen que sí lo harán, pero no envían información, otros dicen que no conocen a nadie con esas características. Es posible que así sea. En cualquiera de ambos escenarios, se complica contar con información más amplia y a la vez, confiable. A continuación, se dan a conocer algunos datos de la población en estudio: Son 213 alumnos de los cuales 106 son mujeres y 107 son hombres; Se encuentran distribuidos 15 en la zona norte, 88 en la zona centro y 110 en la zona sur de la Universidad. 198 se trasladaron de su lugar de origen para realizar sus estudios universitarios y 15 no lo hicieron.

La situación de traslado, para la gran mayoría constituye un factor adverso a superar. Conocer esta característica, brinda la oportunidad de identificar, desarrollar y ofrecer algunos cursos a distancia, para reducir el tiempo que deberán permanecer fuera de sus hogares. El grupo de edad predominante al momento de ingresar a la UAT, es el que comprende de 18 a 24 años, con una presencia del 91.5%. Las carreras que más eligen son las de Licenciado en Enfermería, Contador Público, Licenciado en Derecho, Médico Veterinario Zootecnista, Arquitecto, Ingeniero Civil y Licenciado en Psicología. Las variantes lingüísticas presentes son, en orden descendente, náhuatl, Tepehua, Huasteco (Tének), Totonaco, Zapoteco, Otomí, Mixe, Tzotzil y Zoque. Estos datos revelan la confirmación de siete de las catorce señaladas anteriormente y la existencia de dos más, no consideradas.

También se pudo confirmar lo que se percibía en cuanto a que no todos los hablantes de lengua nativa, proceden de comunidades indígenas, tal es el caso de un alumno tamaulipeco que por cuestiones familiares debió realizar una estancia en una comunidad ubicada en la Sierra de Chiapas y, para realizarla adecuadamente, se vio en la necesidad de aprender la lengua Tzotzil. Los alumnos son originarios de los estados de Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, Tamaulipas, Oaxaca, Distrito Federal, Baja California Sur, Chiapas, Guerrero y México. El tiempo de permanencia en la Universidad, oscila entre medio año y diez años. 98 son egresados (75 de manera oportuna y 23 con rezago), 93 se encuentran estudiando, un alumno se encuentra realizando su servicio social y, 21 han abandonado sus estudios (17 baja voluntaria y 4 baja por sistema).

EN TROS ESPACIOS SE ha señalado que la baja voluntaria está asociada a cuestiones económicas y la baja por sistema, a cuestiones académicas y/o administrativas. A continuación, en un intento de resumir algunos datos que describen el comportamiento académico de este subgrupo se presenta un cuadro de concentración que refiere, de acuerdo a cada variante lingüística, el promedio general obtenido, el nivel de estudios y si obtuvieron su título profesional. Su análisis nos permitirá identificar diversas áreas de oportunidad. Por otra parte, 137 alumnos estudiaron el nivel educativo inmediato anterior en una institución pública de carácter general, 46 en una técnica, 19 en una privada y del resto no se registraron datos. En cuanto al estado civil, 140 alumnos no lo anotaron, encontrándose que 69 dijeron ser solteros, 2 casados y dos más, vivir en unión libre.

En la sinuosidad que presenta el camino de la recopilación de datos, se van identificando situaciones que, con su aparición, algunas veces fortuita, fortalecen nuestro ánimo para continuar en la tarea. Me refiero concretamente a la identificación de dos alumnas que, aunque sólo realizaron sus estudios de posgrado (Maestría y Doctorado) en la UAT, procedentes ambas de diversos Institutos Tecnológicos, son ejemplo de claridad en sus metas y de perseverancia hasta su logro. Una de ellas es miembro del sistema nacional de investigadores nivel I (SNI I) y la otra, seguramente también va a incursionar en ese ámbito, dado que su producción académica así lo sugiere, afirmó la también articulista de educación futura.org, plataforma especializada en temas educativos.

La doctora Trigos Reynoso, quien labora además en la Dirección de Información Académica y Administrativa de la UAT, dijo: Es relevante mencionar que un egresado hablante de Náhuatl, por la fluidez con la que habla su lengua, fungió como evaluador par, cuando el personal del INALI realizó evaluaciones a nuestros estudiantes, además ofrece Cursos de Náhuatl. Asimismo, y no tan gratificante, resulta conocer casos que quedaron a una o dos materias de lograr su egreso. En estos casos, sabemos que el Derecho de Pasantía los ampara hasta por un año. La pregunta obligada es ¿esta información es del dominio de todos los estudiantes y, especialmente de los que, por alguna razón, quedan en esta situación?

Derivadas de la información presentada, se realizan algunas recomendaciones para fomentar la tarea de análisis académico y con ello, la investigación educativa y la producción académica, cuyo mayor impacto se observará en la reflexión y mejora permanente del proceso de enseñanza – aprendizaje, para contribuir a la formación de mejor recurso humano a partir de sus características y cosmovisiones específicas. Realizar un Censo de la población estudiantil para identificar la diversidad existente en ella, para su mejor atención. Generar alianzas o trabajos interinstitucionales, para fortalecer los programas de atención específicos para cada subgrupo. Definir estrategias para que los alumnos registren sus datos de manera correcta y completa, en el Sistema Institucional de Información Académica y Administrativa (SIIAA). Actualización periódica de los datos personales.

Uso obligatorio del correo institucional para facilitar la comunicación con los alumnos y docentes. Identificar a los egresados que desean realizar estudios de posgrado para gestionar la asignación de becas ante los organismos federales o estatales correspondientes. Conocer las causas de rezago, para entender este hecho. Conocer los casos más de cerca, nos invita a contemplar la conveniencia de explorar esta vertiente, ya que no todos se pueden explicar en función del desempeño académico. No todo tiene que ver con reprobación. Conocer las causas de deserción, haciendo énfasis en la baja voluntaria. Generar líneas de investigación sobre diversidad e inclusión.

Favorecer la sistematización de los datos y la existencia de series históricas de información cuantitativa para facilitar su usabilidad en el análisis de temas inherentes al comportamiento académico de los alumnos de la UAT. Generar alertas de riesgo para los alumnos. Reconocer la importancia de trabajar bajo las directrices de la inteligencia institucional, de la analítica académica, donde se complementen los conocimientos de especialistas en educación y en sistemas computacionales. Este hecho, permitirá entender y atender al alumno como persona.

EN EL PROCESO DE BÚSQUEDA de información se procuró robustecer la confianza en los alumnos para lograr su colaboración, avanzándose en cuanto a facilitarles el reconocimiento de su lengua materna. Eso motivó a establecer contacto con el director del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) para darle a conocer esta iniciativa, quien escuchó con mucho interés el planteamiento presentado. Al constatar que contábamos con mucha claridad respecto a este subgrupo estudiantil, propuso emprender acciones conjuntas para atenderlo, como parte de lo que posteriormente podría ser un Convenio de Colaboración Interinstitucional para la Creación de un Centro de Lenguas Indígenas en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, tendiente a mejorar la calidad educativa y la capacitación lingüística e intercultural, al asumirse como Institución de Formación, Evaluación y Certificación de Lenguas Indígenas Nacionales.

En el mes de febrero del año 2019, personal del INALI visitó la UAT, específicamente el Centro Universitario Victoria, con el propósito previamente definido de evaluar a un número de alumnos para brindarles una Constancia de Conocimientos Generales de su Lengua Materna a quienes se hicieran merecedores de ella. En esa ocasión, se logró evaluar a 20 alumnos (15 en forma presencial y 5 por vía telefónica) de los cuales sólo 17 reunieron los requisitos para obtener dicho documento. Quedó pendiente una segunda visita al Centro Universitario Tampico-Madero, con el mismo fin. La idea era, con la guía de ese Instituto, ir formando en la práctica, evaluadores de cada una de las variantes lingüísticas identificadas, para poder ampliar este beneficio.

También se estableció comunicación con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) para dar a conocer esta actividad y ver la posibilidad de lograr algunos apoyos, de acuerdo a los programas que tuviera. Se nos informó que ofrecían unas becas cuyo único requisito es la comprobación de pertenecer a una comunidad originaria. Enviaron el enlace de la Convocatoria respectiva, la cual se difundió entre los interesados. Algunos alumnos lo intentaron, pero al parecer no se obtuvieron asignaciones. Se les envió la relación de alumnos con los datos requeridos, pero por alguna razón ya no hubo respuesta. Esperamos restablecer la comunicación con ese organismo.

Por otra parte, debido a que uno de los requisitos de egreso de licenciatura lo constituye el dominio del inglés como segundo idioma, se consideró conveniente enviar a la instancia correspondiente, una propuesta de incorporación al Reglamento de Alumnos, consistente en que a este segmento estudiantil le sea considerado el español como segunda lengua, en virtud de que ya dominan una primera lengua que es la materna, hecho que sería avalado con la respectiva Constancia emitida por el INALI. De ser considerada esta iniciativa, el beneficio inmediato sería, amén del incremento en el número de titulados, la reducción del tiempo entre el egreso y la titulación.

Esta disposición no los limitaría, en el caso de que sea de su interés, estudiar uno o varios idiomas, y sí les facilitaría egresar de la licenciatura. Cabe agregar que esta medida incluso, puede ser opcional dado que uno de los 847 alumnos egresó con muy buen promedio de la Licenciatura en Idioma Inglés y es probable que otros puedan interesarse por cursar este tipo de carreras. De igual modo, tratando de buscar apoyos federales o estatales para poder realizar otro tipo de acciones para acercarnos más al conocimiento de este subgrupo, se revisó alguna Convocatoria que entre sus requisitos establecía que la Institución interesada hubiera registrado en el formato estadístico 911 la existencia de estos alumnos.

Al preguntar en la instancia correspondiente acerca de su registro, contestaron que, hasta ese momento, no se había informado al respecto. Se solicitó que se incluyeran, puesto que ellos forman parte de la población estudiantil. De esta forma, a partir del año 2019, se empezó a notificar oficialmente de su presencia. Esperamos que en un futuro cercano se pueda tener acceso a fondos federales para desarrollar acciones en su beneficio.

Las respuestas más recurrentes dadas a la pregunta relacionada con alguna o algunas dificultades que hayan tenido durante su trayectoria estudiantil, fueron: problemas económicos, discriminación, burlas de algunos compañeros. Ello pone de manifiesto la necesidad de fomentar una cultura de respeto a la diversidad en la que se incluyen los diferentes tipos de grupos de alumnos que coexisten en una población estudiantil y asumir que no todos tienen las mismas necesidades y tampoco requieren las mismas soluciones.

La catedrática de licenciatura y posgrado de la UAT concluyó comentando que resulta por demás edificante, por un lado, imaginar el deseo de superación de los alumnos que fueron los primeros de su familia en trasladarse a otro estado para realizar estudios profesionales y, por otro, el papel que jugaron como soporte o respaldo para que sus hermanos menores y en un caso mayor, pudieran estudiar. Es loable percibir esa voluntad férrea para proseguir a pesar de las condiciones adversas y, aunque esto no es una condición exclusiva de este subgrupo, llama la atención por su doble y hasta triple tipo de vulnerabilidad: económica, ser hablante de una lengua materna y, en algunos casos, tener algún tipo de discapacidad.

Correo: amlogtz@gmail.com