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Que Oso..! Zacapela entre Padres de Familia de la Primaria «Juan Escutia»

*Por una parte cierran el portón y niegan el acceso años niños del turno vespertino, pero madres de familia echan montón y empujones abren la puerta.

Por: Juan José López

Altamira Tamps.- La falta de autoridades en la Escuela Primaria Juan Escutia, estuvo a punto de provocar una riña entre madres de familia, quienes están divididas por diversos intereses, debido a que una parte argumenta que  no tienen personal directivo y la otra parte reclaman al maestro de sexto grado grupo B.

«Desde junio del año pasado estamos sin director hay Directora pero la tienen en la supervisión sentada en lugar de que la manden aquí a trabajar», señaló la señora Norma  Aracely Dimas Moctezuma.

También señaló Norma Dimas que al llevar a sus hijos a la escuela en el turno vespertino, se encontró que papás del 6 año grupo B cerraron el portón ya que ellos exigen un maestro y nosotros como padres de familia exigimos un director, revelan los inconformes.

«Al estar disputando la puerta entre madres de familia de sexto grado y de otros grados, logramos abrir la escuela, pero el lunes no sabemos si los padres de familia la volverán a cerrar, esto está pasando así en la escuela primaria Juan Escutia, por la falta de autoridades educativas», revelaron.

En más detalles señalaron que las mamás empujaron y empujaron hasta que arriero el portón y El profesor Paulino Lara, Supervisor de zona de primarias  nomás se quedaba viendo y  les dijo a las maestros pasénle, pero no pregunto el porqué cerramos.

Finalmente señalaron que si hay directora y que su nombre es Alma Leticia Báez, pero por órdenes del Maestro Paulino Lara Supervisor de zona, el señala que caso de la maestra Alma Leticia, está en manos del departamento jurídico, por ello no se le permite la entrada a esta institución educativa.

Pues mientras es culpa de maestros, del supervisor, del CREDE, este zafarrancho provocó que decenas de niños se asustaran y llorando junto a sus padres al final de la reyerta no quisieron entrar a clases por temor a que sus familias resultaran lesionados.