Columnas

MAGDA PERAZA: AUTORITARISMO Y PREPOTENCIA EN TAMPICO A MÁS NO PODER

HIPÓDROMO POLÍTICO

POR CARLOS CORTES

MAGDA PERAZA: AUTORITARISMO Y PREPOTENCIA EN TAMPICO A MÁS NO PODER

La todavía alcaldesa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra, no ha dejado de ser nota para los medios de comunicación en todo el estado. Hoy da nota y mañana también. Pareciera que Magda ya perdió la vertical y esa obsesión por seguir colgada de la ubre de los tampiqueños no le da la claridad para atender los asuntos públicos y si, en cambio, le genera problemas todos los días, lo que al fin de cuentas le hará sufrir una sonora derrota en la elección por venir. Tiempo al tiempo.

Magda ya se peleó con el ex Director de Tránsito Municipal, Jaime Cárdenas García, quien tiene demandado al Ayuntamiento por la forma tan fanfarrona y grosera en que lo ceso por hacer lo que ella no ha hecho ni en esta administración ni en la anterior: combatir la galopante corrupción que desde siempre ha inundado esa área del servicio público municipal, lo que deja en duda si Magdalena es corrupta también por omisión o por comisión. Ambas son muy graves porque finalmente afecta a la sociedad de Tampico y le llena los bolsillos a alguien que, casi sin dudarlo, es la actual alcaldesa del puerto. Pero de que la maestra Peraza es corrupta claro que lo es.

De seguir Magdalena en esta tesitura, y de ganar la elección de julio próximo, lo que se ve prácticamente imposible, Tampico seguirá inundado en la corrupción y en el abuso público, encabezado por la vetusta alcaldesa quien, a sus 73 años, ya debería de jubilarse e irse a cuidar a “sus sobrinas”, porque le recuerdo querido lector, que nietos no tiene.

Después, la Peraza Guerra fue denunciada por la regidora América Sandoval, quien llevó a los medios de comunicación para que fueran testigos de la bodega ubicada debajo de la presidencia municipal, en donde Magdalena Peraza guardaba celosamente las donaciones que tampiqueños bien nacidos a los damnificados de los sismos de septiembre del año pasado, donaciones que al final doña Magda nomás no entregó. ¿Con qué objeto las habrá guardado? Claro, amigo lector, le atinó: para hacer todos estos productos activos de su campaña electoral, cuando cientos de familias pudieron haberse beneficiado en un momento de tragedia.

El caso es que los regidores tuvieron que encuerar a la todavía alcaldesa porteña ante la Fiscalía de Combate a la Corrupción. La regidora No. 20 del PRD, América Sandoval Morales solicitó rapidez a la denuncia interpuesta en contra de la Peraza Guerra por presuntos desvíos de recursos municipales.

La bodega fue localizada sobre la calle 20 de noviembre en la zona centro de la ciudad, en donde había víveres donados para los afectados del sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México y el estado de Oaxaca.

Para cerrar con broche de oro este capítulo, este fin de semana que recién pasó, la Peraza hizo el oso a todo lo que da, a su máximo esplendor, lo que significa que ya la perdimos. Si con ese autoritarismo piensa ganar la elección del próximo primero de julio y si con esa soberbia piensa gobernar, pobres tampiqueños. Si ya les ha ido mal en los últimos meses, no me quiero imaginar tener por tercera vez a Magdalena Peraza de alcaldesa nuevamente.

Resulta que la maestra conchuda, en un acto más de prepotencia y desesperación, acudió sin ser invitada a un evento de la organización civil sin fines políticos «Servir sin Servirse», en la Plaza de Armas de Tampico, la tarde del pasado domingo, y al pedirle que se retirara del lugar porque nadie la había invitado, Peraza Guerra les echó en cara que la ciudad es suya por ser la presidenta municipal, y que no habría de irse, y que le hicieran como quisieran.

«Yo soy la presidenta mi reina”, levantó la voz la Peraza mientras que la mujer continuaba insistiendo en que se retirara, pues el evento trataba temas culturales y no políticos. Finalmente, Peraza Guerra, se retiró ante el asombro de los ciudadanos que presenciaron el oso de la todavía alcaldesa de Tampico, quienes no podían creer la petulancia y la soberbia de la primera autoridad municipal del puerto de Tampico.

¿Así o más creída la Peraza Guerra? Estos políticos deben entender que el ejercicio de la función pública tiene límites y que, ante todo, son empleados de los ciudadanos, por lo cual la palabra del pueblo debe ser Ley. Nada que yo soy, nada que yo tengo. Esa actitud absurda de Magdalena Peraza la ha llevado a tener el apoyo ciudadano en el nivel más bajo de su historia como política. La soberbia, la frivolidad, los malos resultados en el ejercicio del poder y el mal trato a los ciudadanos generan facturas, y en el horizonte próximo la Peraza Guerra habrá de pagarlas. Ya comentaremos.

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