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Millonetas

AL VUELO-Millonetas

Por Jesús Rivera

                ¡Pobres millonarios!¡Qué lástima me dan! Amanecen en un yate de lujo en las islas Fiji, comen opíparos manjares en un exclusivo restaurante de Dubai y cenan en Nueva York.

                El tema viene a cuento porque andaba yo volando allá, cerca de la estratósfera, cuando me enteré de una triste y fatal noticia para los mexicanos y las mexicanas:  Nuestro multimillonario Carlos Slim (Carlos Delgado, para los cuates) había caído hasta el sexto lugar en el rating de hombres más ricos del mundo.

                ¡No lo podía creer!¡Desgracia nacional!

                ¿No bastan los aumentos a la luz, los gasolinazos y la caída del precio del petróleo?  Sabemos que una desgracia nunca viene sola, y ahora nos han desplazado hasta un nada honroso sexto lugar.

                Apenas unos años atrás veíase en los medios nacionales e internacionales a un Slim sonriente, cachetón y rozagante, pero ahora lo vemos con cara de niño con chorrillo.

                Y no es para menos.  En lo que va de la administración de Donald Trump (Donaldo Trompas, por su traducción al español), perdió tres escaños en el top ten de Forbes, y sigue bajando.

                Si bien las reformas que aplicó Enrique Peña Nieto (Henry Rockhill Grandchild, por su traducción al inglés) lo hicieron caer del primero al tercer lugar, el pleito casado con El Trompas lo arrojó hasta la sexta posición, al perder la cantidad de 15 mil millones de dólares.

                Y ustedes dirán, ¿qué son quince mil millones de dolarucos para un tipo que tiene una fortuna calculada en 50 mil?

                No es como quitarle un pelo a un gato, puesto que representa algo así como el 27%.

                Luego, entonces, Slim deberá entrar en un período de austeridad, abrocharse el cinturón y esperar que la rueda de la fortuna vuelva a colocarlo en la cúspide.

                Los especialistas aseguran que, con la reforma en telecomunicaciones, la apertura del sector a otras empresas, nacionales y extranjeras, arrancó de las manos de TELMEX el monopolio de la telefonía fija y de América Móvil, el de la telefonía celular.  Ambas son propiedad de nuestro compungido magnate venido a menos.

                Para retomar el camino de la élite dorada, tendrá que aplicar medidas urgentes, dicen los mismos especialistas.

                Espero que una de esas medidas no sea hincar más el diente a los usuarios con mayores tarifas en los servicios, porque entonces sí se va a poner cabrón.

                Por lo pronto, Slim dejará de visitar las más exclusivas y elegantes tiendas del mundo, donde compra sus finos trajes Armani o Hermenegildo Zegna, sus camisas de Dior, sus zapatos Ferragamo.

                Dejará de frecuentar los restaurantes de aute cuissine a los que acostumbra ir, y ahora le pegará a los tacos de moronga o a las tortas de tamal con su chesco que venden cerca del metro Pino Suárez.

                Tendrá que irse los sábados a pulguear a la Lagunilla para adquirir un tacuche de medio uso, como cualquier hijo de vecina.

                ¡Cómo se estarán riendo de su desgracia los otros millonetas de Forbes!

                Bill Gates (Memo Puentes), Mark Zuckerberg (Marcos Azucarado), Michael Bloomberg (Miguel Flores) ahora lo verán por encima del hombro y dirán: «¡Pinche mexicanou pobretón!»

                En diciembre del año pasado, ya electo Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, se reunió a cenar con Slim en exclusivo resort de Palm Beach, Florida.

                Fue una reunión, hablando en términos de fortuna, entre un tiburón y un charalito, porque el mexicano todavía estaba en el tercer puesto de los más ricos del mundo, mientras que Trump andaba lejos, en el lugar número 70 con algunos 13 o 15 mil milloncillos en su buchaca.

                Trump describió el encuentro como «una cena agradable con un hombre maravilloso», mientras que Slim comentó que se trataba de crear canales de comunicación con el mandatario norteamericano.

                Pero al parecer, las cosas no dieron el resultado apetecido, porque después el periódico the New York Times, del cual es accionista mayoritario nuestro magnate, empezó con una campaña de ataques mediáticos con el tema del apoyo ruso a la campaña presidencial del sátrapa gringo.

                Resultado:  En el mes y fracción que lleva Trump en el gobierno de Estados Unidos, Slim ya perdió sus primeros 15 mil millones, y va para abajo.

                Creo que debe andarse con pies de plomo en los movimientos que haga en el vecino país del norte con sus inversiones e intereses, porque cualquier equivocación será su ruina, ahora que su enemigo se ha convertido en el hombre más poderoso del planeta.

                Yo por eso ando tan feliz, sin un peso en la bolsa pero con la conciencia tranquila.

                Como dijo José Alfredo Jiménez: «Pero cuantos millonarios quisieran vivir mi vida pa’ cantarle a la pobreza sin sentir ningún dolor».

                Viene el refrán estilo Pegaso: «La moneda de curso corriente quita la energía vital al individuo presuntuoso de su belleza físca». (Dinero mata a carita).