Columnas

Partidos, dinero y sismos.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Partidos, dinero y sismos.

En ese asunto ventilado en redes sociales, en torno a que, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quite a los partidos políticos los recursos que se les entregarán para el proceso electoral que viene, hemos de decir que, además de la sentencia infantil de que, lo que se da y se quita con el Diablo se desquita, para que ello suceda tienen que modificarse Leyes y Reglamentos.

El comentario va en el sentido de aclarar a los que consideran que es mejor darles el dinero a los afectados por los sismos que a los partidos para que hagan política y puedan sacar adelante el proceso 2017-2018, mediante el cual se cambiará al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a los Senadores y a los Diputados Federales.

Y es que, hubo comentarios en los que se desafiaba al Mandatario nacional para que llevase a cabo esa acción, quizá por ello, algunos partidos reaccionaron al respecto y dejaron entrever la posibilidad de destinar un porcentaje de los recursos que les entregan para el proceso electoral, en el entendido de que tampoco es sencillo, porque el uso de los dineros está etiquetado, es decir, no pueden destinar el presupuesto a pagar cosas que no tienen que ver con la elección.

Si la intención es lo importante y la gente lo que quiere es que se gaste menos en los partidos, quizá, es el momento para que los dirigentes de esos organismos pongan en la balanza si quedarse con poco dinero para la elección es muy redituable en votos y arriesgarlo todo o bien, desprenderse de una parte de la lana, que, aunque no sea generosa, si sea bien vista, con la idea de bajar la animadversión que hay de los ciudadanos contra los partidos políticos.

Está claro que los ciudadanos lo que pretendan también es dar una lección a los partidos políticos, pero, dejarlos sin dinero, puede ocasionar situaciones de conflicto en la participación electoral y no perder de vista que, si tienen cien pesos y deciden dar 50 para los damnificados, para el año siguiente les dirán que no necesitan los 100 pesos para la votación, por tanto, el estado puede darles solo la mitad, al fin y al cabo, con eso tuvieron para intervenir en la elección del 2018.

Es como un arma de dos filos a la que hay que esquivar de la mejor forma y salir airoso, pero, no olvidemos que las elecciones como ejercicios democráticos, son indispensables para la estabilidad política del país y, si las Leyes electorales prevén la entrega de prerrogativas a los Partidos, debe ser por algo, cosa que ha funcionado en los últimos años, porque nadie queda en desacuerdo con la organización de las elecciones y menos con los resultados obtenidos en las urnas.

Es más, hasta pudiéramos decir que con el esquema actual, la organización de las elecciones, es una de las grandes fortalezas que tiene México, porque al reducirse los conflictos post electorales a la mínima expresión, la verdad es que, razones para que haya gente en la calle para protestar contra los que ganan, se acaban cuando los Tribunales Electorales desechan los casos por inconsistentes y dan la razón a lo exteriorizado en las urnas mediante el voto.

Los políticos que ganan elecciones en la actualidad, se convierten en personales legitimados con el sufragio y por tanto poseedores de la confianza de los ciudadanos para que cumplan los compromisos establecidos durante las campañas políticas, sea cual sea el partido por el que llegaron a ocupar los cargos públicos.

Ahora bien, si, como se ha difundido, que los partidos políticos están dispuestos a otorgar recursos para los damnificados por los sismos, la lógica nos lleva a pensar en la importancia de este hecho, pero, deja en la escena mediática la duda de cuál será la forma en que lo harán, sin ser observados por los órganos fiscalizadores de los dineros públicos usados en la política.

De entrada, ya sabemos que los partidos lo quieren hacer, incluso, a los priístas hasta se les pasó la mano, porque su dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, dijo que renunciaban a las prerrogativas y que se entreguen a los damnificados por los sismos, sin embargo, una cosa es querer hacerlo y otra muy diferente poder hacerlo, no le hace que se pretenda romper los candados que tiene el dinero público destinado a la democracia, ya que, para cuando se logre hacer, las elecciones habrán pasado.

Es más, en este momento no se puede cambiar la Ley para dar otro destino a las prerrogativas, porque el proceso electoral está en marcha desde principios de este mes.

La propuesta del comité nacional del PAN, en virtud de la exigencia de ciudadanos para que los partidos apoyen a los damnificados, tiene tres componentes, aportar el 50 por ciento de los fondos destinados a las campañas de los candidatos, que no haya anuncios para los partidos y que se destinen a emitir mensajes de ayuda a los damnificados y eliminar del presupuesto de egresos de la federación los gastos superfluos del Gobierno.

Los otros.

También la Unidad Académica de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT, cumplió años, 50 para ser exactos y estuvo el Rector de la Universidad, Enrique Etienne Pérez del Río, para poner en marcha las conferencias que fueron programadas con este motivo, además de inaugurar el Auditorio que lleva el nombre del doctor Bartolo Pablo Rodríguez Cepeda, uno de los buenos maestros de esa Institución.

En la celebración de los 50 años, estuvieron presentes la Magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado, Marcia Garza Robles y el Director de la Unidad, Enrique Alfaro Dávila.

Más años que la Escuela de Leyes de la UAT, tienen Veterinaria y Trabajo Social, que llegaron a los 60 años y los festejaron en grande, son 10 años de diferencia.

Esto de los aniversarios de las Facultades y sus eventos, de paso sirven para que el Rector Etienne Pérez del Río vaya al encuentro con la comunidad universitaria, sin que huela a despedida del cargo, desde el momento que ya hay Rector Electo en la persona del ingeniero José Andrés Suárez Fernández, quien sólo espera fecha para el relevo, mismo que podría darse en los primeros días de diciembre venidero.