QUIEREN PREMIAR AL DAMNIFICADO CHITO GARCÍA GONZÁLEZ
CUADRANTE POLÍTICO
POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
QUIEREN PREMIAR AL DAMNIFICADO CHITO GARCÍA GONZÁLEZ
Los tiempos de la democracia no dejan títere con cabeza.
El electorado es implacable con las flaquezas humanas y castiga sin miramientos todo asomo de prepotencia, de enriquecimiento y de corrupción. Para los ciudadanos en la era de las redes sociales y el internet, los errores políticos se pagan con el rechazo en las urnas.
Fueron estos resortes sociales y políticos, los que se movieron en Matamoros, durante la pasada elección por la alcaldía, donde la derrota más significativa corrió a cargo del panista Carlos García González, un candidato que aprovechó la campaña para lucir su reloj Hublot, tambien llamado Ojo de Buey, tasado en un valor de 30 mil dólares, casi 600 mil pesos moneda mexicana.
El efecto que este y otros tipos de desplantes tuvieron sobre las clases trabajadoras y clasemedieras, agobiadas por la crisis y el desempleo, fue contundente: miles de ellos se negaron a sufragar por alguien que no sentían como parte de ellos mismos. Alguien que con sus lujos y excentricidades, exhibía un estatus principesco, alejado de las necesidades elementales de las familias.
Por eso perdió Chito. Obviamente, casi enseguida, y por mera estrategia, su camarilla se dedicó a justificar el naufragio, invocando la figura del tsunami obradorista. Pero la realidad fue otra: el ex pastor legislativo, perdió por su propia soberbia y la ostentación de bienes suntuarios. No fue capaz de identificarse con la sencillez del electorado.
El hecho es que, este cuate del sexenio en turno, gastó mucha lana, (tampoco era suya, sino del Congreso), en su campaña, y ahora se quiere reponer, con el presupuesto que le asignarán en lo que se presume, será su próximo asalto al erario: la Secretaría de Economía.
Pese a este cuestionable episodio, hoy el cabecismo, ha decidido, se dice, premiar al ex líder del Congreso local, justo después de su triste papel legislativo, y de ser jubilado en sus ambiciones de poder, por la locomotora MORENA.
Se habla de que le van a dar la Secretaría de Economía. El alto mando de palacio, no tiene mayores argumentos que la amistad, un valor que a la luz de los garrafales errores cometidos por el ostentoso y sacalepunta de Chito, se convierte en amiguismo y en compadrazgo, sin mayores virtudes y capacidades que la acomodaticia pertenencia al círculo del poder.
A estas alturas, el expediente profesional de Chito ha quedado prácticamente inservible, y de nada le sirven sus documentos que lo acreditan como Contador por el Tec de Monterrey, o administrador de empresas, egresado de las universidades del valle de Texas.
Si llegase a ocupar la titularidad de la oficina económica en el sexenio panista, su papel se reduciría, como lo hizo anteriormente en el Congreso, a esperar instrucciones y a levantar el dedo, sin aportar su propia iniciativa al desarrollo de la entidad.
Por lo demás, la única economía que el ex aduanal matamorense entiende, es la de sus propios bolsillos, los cuales ha procurado siempre traer repletos.
Tal vez por ello, el electorado de su pueblo, le cerró la puerta a sus pretensiones de medrar y servirse de la alcaldía. Tal y como lo hizo con el Congreso local, donde hasta ahora, es fecha que no rinde cuentas, de todos los dispendios cometidos a la sombra del poder político.
De hecho, de llegar a perder el PAN en el 2019 su mayoría en el poder legislativo tamaulipeco, el hilo más delgado de una auditoría, sería el mismo García González. Existen sobradas suspicacias de que se despachó con la cuchara grande, y utilizó su posición al frente del Congreso, para promocionar su candidatura al ayuntamiento de Matamoros.
En su momento, los onerosos gastos de cenas y actos políticos en la Heroica, corrieron a cargo del erario legislativo, sin que nadie se atreviese a cuestionarlo, pues la oposición priista en el palacio de la representación popular tamaulipeca, es el rebaño maiceado, bajo las órdenes del ex gobernador Egidio Torre Cantú, socio y amigo del cabecismo.
Lamentable error, para efectos de percepción social y política, podría cometer el alto mando del gobierno panista en el estado, si insiste en rescatar a un personaje perdedor, de nefastos antecedentes, para encaramarlo de nuevo en la canasta de la nómina cara y dispendiosa.
Poner la Secretaría de Economía en manos de Chito, equivaldría, guardando las proporciones, a lo que ocurrió en el siglo XVI, cuando el monje alemán Martín Luthero acabó con la estabilidad de la nomenclatura católica. Y se produjo el nacimiento de una frase que a la fecha, tiene múltiples aplicaciones, pero un solo significado que se asemeja a poner las ovejas al cuidado del lobo:
La iglesia en manos de Luthero.