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CAUSA PSICOSIS BANDA DE SECUESTRADORES EN REYNOSA

*Muchas personas honorables están en su lista

Por Juan Carlos Rodríguez Terrazas

                Reynosa, Tam.- Una gran indignación y un clamor generalizado de justicia han despertado los más recientes acontecimientos con la aparición de una banda de maleantes de baja estofa, ahora dedicados al secuestro, que aprovechándose de la falta de elementos investigadores de delitos, cometen estos con la máxima impunidad y cuando no logran su cometido de “levantar” a sus víctimas, las asesinan.

La semana anterior un conocido abogado (Apolonio Villarreal Sosa) fue asesinado al negarse acompañar a los delincuentes que pretendían secuestrarlo para cobrar una recompensa, mientras que otro abogado (Marcelo Olán Mendoza), en hechos similares en esta misma ciudad, escapó de las garras de los potenciales captores siendo tiroteado a plena luz del día y en presencia de muchos testigos frente a su propio despacho, salvándose milagrosamente de ser ultimado.

En el caso de Villarreal Sosa, quien inclusive era funcionario del Centro de Ejecución de sanciones de esta ciudad, los hechos sangrientos se suscitaron a las afueras de su domicilio en la colonia Luis Donaldo Colosio y en el otro hecho los hampones fracasaron al pretender detener al profesionista dentro de su despacho en la colonia Ampliación Rodríguez, desatando un enfurecido forcejeo, persecución y posterior tiroteo en hechos que se prolongaron por angustiosos y agónicos minutos.

Cabe señalar que en ambos casos las autoridades no han dado explicación alguna sobre las investigaciones que llevan a cabo y más triste es que en el caso del abogado Marcelo Olán, el Agente del Ministerio Público de procesamiento penal acusatorio de la Unidad General de Investigación Numero 1, no ha acudido al escenario de los hechos, permaneciendo en vía pública evidencias, inclusive de los casquillos percutidos de una arma de grueso calibre que le detonaron a escasos dos metros durante su huida y cuya ojiva penetro las gruesas paredes de un hogar.

El reportero tuvo acceso al acta circunstanciada levantada al interponer la denuncia donde el afectado narra ampliamente los hechos ocurridos a las 5.30 de la tarde del miércoles primero de noviembre, cuando se atentó contra el conocido abogado y filántropo y que a continuación se detallan:

“El día de ayer siendo aproximadamente las 3.40 de la tarde, me llego un mensaje a mi celular diciéndome “Licenciado me puede contestar la llamada, pero no recuerdo del cual recibí el mensaje, solo recuerdo que terminaba en 71; le mande un mensaje diciéndole si claro, quién la recomienda y me dice la señora LIZBETH, que usted le ha hecho varios asuntos y yo le dije si, venga a la oficina y posteriormente me llama y era la voz de una mujer que en forma desesperada me decía, le urgía verle y que la atendiera y que le diera la dirección de mi despacho porque los soldados habían detenido a su esposo, entonces yo le dije que iba a salir a un mandado y que como a las 5 dela tarde la esperaba y le di la dirección de mi oficina y me dijo que a las 5 de la tarde iría y yo Salí de mi despacho a dos direcciones diferentes a ver unos asuntos y ya como a las 5.20 de la tarde me volvió a hablar la señora, de la cual no se su nombre me dijo que ya estaba afuera de mi despacho y me apure y llegue como a las 5 y media de la tarde, el cual esta ubicado en calle Puerto México No. 604 de la colonia ampliación Rodríguez en esta ciudad y yo iba acompañado de mi socio el licenciado Jorge Humberto López Reséndiz, y andábamos en su coche el cual es un Yeta Modelo 2012 y yo iba de copiloto y vimos que afuera del despacho estaba un carro Ford Fushion con placas americanas color gris con el vidrio del parabrisas quebrado y yo me baje del carro y él se fue y yo abrí el despacho y posteriormente me senté en mi privado y vi cuando del carro Ford,  bajó primeramente una persona de sexo femenino con las siguientes características: como de 42 años aproximadamente, morena, obesa, con un tatuaje de la santísima muerte muy grande en su mano izquierda y tenía los dientes muy pequeños, manchados de negro y olía mucho a mariguana y yo le atendí como a una clienta normal, como de costumbre suelo hacerlo y me preguntó que cuánto me cobraba por sacar a su marido ya que se lo habían llevado lo soldados y en eso volteó a ver hacia atrás y vi a un individuo que venía entrando por la puerta principal de mi despacho y traía una arma larga como sub ametralladora, ese hombre era delgado como de 1.70 metros de estatura, tenía tatuajes en su brazo derecho, pero no le puse atención que tipo de tatuajes eran, ya que ese hombre al entrar a la oficina me estaba apuntando con su arma y me quitó mi teléfono celular el cual yo tenía en mis manos y la señora se paró inmediatamente y me puso un arma en la cabeza, la cual traía escondida entre su chamarra que traía en sus manos, y yo me levanté y me pegué a la pared y me defendí de los golpes que me estaba lanzando el hombre; la señora le decía al hombre que me esposara y entre los dos me estaban diciendo que me iban a matar y que por nada del mundo la libraría por lo que yo también les empecé a gritar con palabras fuertes y altisonantes, y en ese momento el hombre me agarró de los brazos y la mujer me seguía apuntando con su arma en la cabeza y me decía que me iba a quebrar si no me ponía las esposas y me metía al carro, por lo que yo les dije “si me vas a quebrar jálele culero y que sea aquí”, el individuo se dejó colgada su arma y forcejeó conmigo y la mujer también forcejeó conmigo y cada uno me tomó de un brazo y me quería poner las esposas y cuando yo sentí las esposas en mis manos forceje más fuerte y tumbe a la señora y el individuo no me soltaba, seguía forcejeando conmigo y me agarraba por la espalda; la señora se levantó y se puso frente a mí y lo le di un golpe en la cara con mi puño y a él lo empuje y me quite el sacó para tratar de soltarme y salí corriendo a la calle y vi que en el caro Fushion, estaba otro hombre y el vehículo estaba encendido, pero de ese hombre no vi sus características, y el hombre y la mujer que me habían amagado se subieron al carro mientras yo corrí hacia el norte con dirección a PEMEX y en el primer callejón me metí al lado izquierdo y vi una casa abierta y me metí tambien, ahí estaban una señora, un señor y un muchacho a los cuales no conozco, y les dije que me prestaran un teléfono porque me querían matar y asustada lloraba mucho y me aventaron a la calle por proteger a su familia y yo regresé a la calle Puerto México y vi el caro Ford Fushion me andaban buscando, como a 150 metros de donde yo estaba, como me andaban buscando y me vieron por el retrovisor y se regresaron en reversa a toda velocidad y la mujer se bajó y yo estaba como a dos metros de distancia a un costado de ellos, la mujer me disparó con dirección a la cabeza, pero yo me agaché, después se bajó el mismo hombre con el que había forcejeado en m i despacho y le gritaba mátalo yo me agaché, volteado como si fuera a correr con rumbo al bulevar Álvaro Obregón y luego me di la vuelta y corrí con rumbo a bulevar Morelos, pero inmediatamente di vuelta a mano derecha y corrí y me metí a un callejón y ya no los veía y luego me subí a los techos de unas casas hasta que en una segunda planta había un cuarto abierto y allí me metí y le puse llave y me encerré en un ropero que estaba en ese cuarto, desde allí escuché y veía por la ventana que me andaban buscando, yo me quite la corbata y la dejé en el ropero y me salí del ropero y en un tocador vi una bolsa y la revise para ver si encontraba un celular y encontré una lap top y la trate de encender, pero no tenía carga, mientras trataban de abrir la puerta del cuarto donde yo estaba, pero no se quién era solo escuchaba el forcejeo que luego se calmó y como a los dos minutos trataban de abrir la puerta de nuevo y yo me puse atrás de la puerta y agarré un cuadro fotográfico para defenderme si entraba alguien y solo miraba las sombras por debajo de la puerta y ya habían pasado como quince minutos, quiero mencionar que en el cuarto en el que me escondí esta frente a mi despacho, pero no se de quién es esa casa y desde allí escuché la voz de mi socio Jorge Humberto López Reséndez y le preguntaba a los vecinos que había pasado, pero yo no salí por temor y Jorge se retiró, como 40 minutos después otra vez escuché a Jorge y yo abrí la puerta del cuarto donde estaba escondido y salí y mire las escaleras y baje por allí al patio de la casa y el propietario de esa vivienda se asustó, pero no le hice caso y me brinque la cerca de alambre y me rasguñe la mano derecha y miré a Jorge y él estaba en su carro y me fui con él. Debido a que en estos hechos existieron disparos de arma de fuego de uso exclusivo del ejército, solicito a esta H. Representación Social, se de vista al Ministerio Público Federal en Turno en el reciento social ampliamente conocido para que se inicie una carpeta de investigación respecto a los hechos manifestados con anterioridad, y desconozco quiénes son esas personas que me agredieron ya que nunca las había visto y no se quién es la persona que según los recomendó conmigo; asimismo manifiesto que el nombre de LIZBETH lo pudieron haber dicho por casualidad ya que tengo muchas clientes con ese nombre, siendo todo lo que deseo manifestar….”

Nota de Redacción: Cabe mencionar que los pronunciamientos de repulsa, de terror, de miedo, de ira y de sed de justicia se han hecho presentes durante los últimos días en redes sociales, donde los ciudadanos de bien, entre ellos comerciantes, empresarios, profesionistas y amas de casa  muestran el claro temor a ser víctimas de delincuentes secuestradores.