Columnas

Umbral de la década de los veinte

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Umbral de la década de los veinte

Con los recuentos del 2019, hechos en todos los sentidos, victorenses y tamaulipecos se dijeron listos para recibir la nueva década, la de los años veinte, porque llega el 2020.

Quizá todo sea cuestión de actitud, por ello, la generalidad de las personas está presta a centrarse en el año que viene y, como siempre con la esperanza de que sea mejor que este que termina hoy martes.

Esto, pese a que los augurios en materia económica, empleo, inversiones, oportunidad para mejorar la calidad de vida  contención de los precios de productos y servicios, son desagradables.

Un grupo de personas que viajaba de algún lugar de la frontera a esta capital y que se encontró con algunos conocidos en la terminal de autobuses, tras saludarse de forma efusiva, sobrevino en seco el comentario, sobre la chamba, porque los que llegaron hicieron que vienen porque allá donde estaban no habrá trabajo el año que viene y buscarán hacerla en esta capital, aunque todavía no que harán.

El Presidente de la República, Don Andrés López Obrador, dijo antes de la Navidad que, todos los mexicanos deben de pasar bien esta temporada, en el entendido de que, su administración no les tiene reservada ninguna sorpresa de aumentos que dificulte la situación económica de la familias.

Desde luego, se refería a gasolinazos, devaluación del peso frente al dólar, aumento de impuestos o escases de productos, para evitar que los precios aumenten y se genere un clima de zozobra.

Motivos para que esta noche del 31 de diciembre, el último día del año 2019, sea agradable hay muchos, en especial, la reunión de las familias que comenzó desde la noche del 24 en que se celebró la Navidad, pero además disfrutar a plenitud el primero de enero día en que nadie trabaja, por ser el arranque del siguiente año y estar con renovados bríos el jueves, porque todos los negocios y empresas estarán abiertos al cien, porque las vacaciones terminaron.

Ocurre diferente en las instituciones públicas y educativas, porque el arranque de las actividades del año será hasta la semana que viene.

Existen versiones en el sentido de que, en 2020, el Gobierno de la República, remachará los candados fiscales, para que todas las actividades de compra venta de productos y servicios, con todas las formas de pago y para todos los mexicanos, generen el pago de impuestos, para que los ingresos de la Federación aumenten por la necesidad de recursos que tiene para complementar los programas de apoyo a los grupos sociales.

Hace varia semanas, el Senador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda del Partido Movimiento Ciudadano, hizo circular un vídeo en el que alerta sobre el riesgo que tendrá para los mexicanos el uso de las tarjetas de crédito desde una perspectiva fiscal, sin que nadie del Sistema de Administración Tributaria haya dicho que el Legislador no tuviese razón.

Preocupación por ello, a lo mejor sí, pero, no en este momento en el cual se celebrará la cena de fin de año y que es otro gran espacio de reunión de las familias mexicanas, no le hace que la tradición de celebrar el Año Nuevo comenzó en Roma 46 años antes del nacimiento de Jesucristo, cuando el Emperador Julio César decidió hacer la fiesta con copiosas comidas, ofrendas de medallas, ramas y dulces, bajo la premisa de que, el año nuevo tenía que recibirse con alegría y en la abundancia.

Después el Papa Silvestre que fue el número 33 de la Iglesia Católica dio su nombre al último día del año, para la festividad de San Silvestre y, los mexicanos le dan rienda suelta a la celebración mediante la preparación de platillos tradicionales de la temporada como pozole, tamales, lomo de cerdo, ponche y postres, que son degustadas casi por los mimos que estuvieron en Navidad, aunque también en el fin de año se abre un poco más el abanico, ya que, también concurren amigos cercanos.

En las comunidades rurales, pero, también en muchas ciudades todavía se llevan a cabo bailes de fin de año, que son muy concurridos, situación que puede constatarse, porque es para esta fecha, cuando las agrupaciones musicales de todos los géneros tienen mucha chamba, ya que, a los mexicanos les gusta recibir el año con baile y música.

Ya en la pachanga de fin de año, se realizan tradiciones como las doce uvas y los doce deseos, llevándose a cabo al ritmo de las últimas 12 campanadas del reloj.

También los mexicanos sacan un par de maleas y dan la vuelta a la cuadra con ellas, con la idea de que el año que comienza sea prodigo en viajes.

Otros colocan una moneda en un zapato o un billete en la bolsa del pantalón y en el caso de las mujeres en su cartera, como una forma de esperar prosperidad, también barren la puerta de adentro hacia fuera para expulsar las malas vibras.

Además, es el momento correcto para hacer planes y proyectos personales, familiares y de la comunidad, porque el inicio del año marca para todos los ciudadanos una etapa más de su vida, con la cual pretenden mejorar todo aquello que llevaron a cabo en el anterior.

Los otros.

Para efectos de la política en la entidad, la terminación de esta década, permitirá a los aspirantes a candidaturas crear estrategias de acercamiento a los ciudadanos, para convertirse en alternativas reales en las urnas, en virtud de que, en los últimos procesos electorales, rifaron desde los perfectos desconocidos hasta los que poco saben del ejercicio de la política.

Es probable que se niegue, sin embargo, ambos factores son la causa de que, la política registre un retroceso que si bien no se puede medir, deja mucho que desear, porque cada vez se tienen Regidores, Síndicos, Diputados locales, Diputados Federales y Senadores que no saben, no entienden ni podrán asimilar de que se tratan las posiciones que ganaron con los voto de personas que ni siquiera les conocían.

El oficio político tiene que florecer de nuevo, para que los partidos políticos recuperen la capacidad de gestión a favor de la ciudadanía, en el entendido de que, la enorme distancia que hay entre gobernados y autoridades es cada día mayor, porque se hablan lenguajes diferentes y por tanto, no hay entendimiento.

La política cuando es de ocurrencia, aventura o accidente, no es buena para el pueblo, ni tampoco para quienes resultaron favorecidos por con los votos, por ello, en la década que viene, los electores tienen que investigar más sobre los candidatos, ya que, los candidatos jamás les dirán quiénes son o como lograron las candidaturas y con ello, se valida prospectos que bajan el nivel de la política a la hora de ejercer los cargos públicos.

Seguro que muchos alcaldes, entre ellos el de Victoria, Xicoténcatl González Uresti, batallan mucho con sus colaboradores de Cabildo o los manejadores del Congreso del Estado tienen dificultades para entenderse con muchos de sus diputados.