ColumnasTitulares

UN POETA LEGENDARIO E INMORTAL

LETRA PÚBLICA

UN POETA LEGENDARIO E INMORTAL

RODOLFO SALAZAR GONZALEZ

Cuando el escritor Antonio Skármeta estaba trabajando en la película que se hizo de su novela «El Cartero de Neruda» que el mundo conoció como «Ilpostino», comentó en una entrevista que le hizo un reportero español que hacía mucho tiempo había conocido una historia sobre el afamado premio nobel de literatura el poeta chileno Pablo Neruda. Era una historia increíble, que cuenta que las prostitutas de Valparaíso recitaban a sus clientes fragmentos del poema Veinte de Neruda, para aderezar los prolegómenos del rito placentero del amor.

Transcurridos más de cien años de su nacimiento, Pablo Neruda sigue siendo el gigante de América Latina que construía versos amorosos y de combate. Lo mismo le cantaba a la América nuestra, describiéndola con pulcritud y pasión en el «canto general», que le escribía a la mujer en forma apasionada: «Si tú me dices ven lo dejo todo».

La juventud de Neruda estuvo en la misma sintonía de la juventud de todos los latinoamericanos que nacieron en el siglo en donde el feudalismo reinaba en todos los ámbitos posibles. Cuando en 1923 escribe su primer libro «crepusculario» nunca imaginó que con el correr de los años se encontraría en plazas, calles, fábricas, aulas, teatros y jardines recitando sus versos.

Cuantos jóvenes de mi generación se sabían de memoria los «veinte poemas de amor y una canción desesperada», todos, o casi todos.

En la historia de Pablo Neruda como en casi toda la vida de los hombres cuyo pensamiento y obra los hace inmortales existe un momento en el que su figura está en lo más alto y es cuando se proyecta al mundo como el Neruda Militante.

¿Cuándo nace este poeta militante? El Neruda que era hijo de un ferrocarrilero, empezó a escribir colaboraciones para la revista «Claridad», en éste medio está la semilla en donde se fecunda a través de sus artículos la presencia de un Neruda libertario, de ideas anarquistas, un Neruda comunista que encomiaba con franqueza y sin ambages su admiración por Stalin. Durante la guerra española Neruda se alinea en el frente antifascista y pública un libro emblemático, «España en el Corazón» «Todo libro debe ser una bala contra el eje, toda pintura debe ser propaganda, toda obra científica debe ser instrumento y arma para la victoria» señalaba Neruda, quien fue elegido premio nobel de literatura en 1971.

            Muchos cuestionan los exabruptos políticos y los devaneos ideológicos del Neruda poético, que en las «uvas y en el viento», escribió entre otros un libelo que endiosaba a Stalin. «Stalin es el mediodía, la madurez del hombre y de los pueblos». Esta actitud de Pablo indignó a Octavo Paz quien arremetió contra el Neruda staliniano diciendo «me parece más viva y actual la obra de Lenin, que los yertos poemas de Maiakovski».

            Grande como era, su alrededor se fue llenando de enanos que pretendían hacerlo caer. Su rápida fama incrementó la envidia de otros poetas chilenos y mexicanos que no se sentían lo suficientemente reconocidos como Vicente Huidobro, quien afirmaba: «escribe una poesía fácil, bobalicona, al alcance de cualquier plumífero, es la poesía especial para todas la tontas de América, no me agrada lo calugoso, lo gelatinoso, yo no tengo alma de sobrina de jefe de estación».

Así era de grande la frustración de Huidobro ante Neruda, Pablo Neruda nunca lo miró y mucho menos leyó algunas de las líneas donde Vicente lo demostraba. Nuestro admirable Octavio Paz también en las reuniones con intelectuales rumiaba contra Pablo.

Cuando Salvador Allende conquista el poder en Chile haciendo realidad la utopía de que el socialismo se podía implantar por la vía democrática, Pablo Neruda sintió realizados sus anhelos ideológicos, y sus esperanzas militantes se convirtieron en realidades palpables que matizó con su poesía que era declamada en las grandes concentraciones a las que Salvador Allende convocaba al pueblo chileno.

«Puedo escribir los versos más tristes ésta noche», así empezaban los discursos para recibir al poeta, quien acompaña al Doctor Salvador Allende en su asunción en el palacio de la Moneda en 1971. Viaja a Francia representando al gobierno de la unión popular y cubre de prestigio a las letras latinoamericanas cuando es tratado con el mayor de los respetos por la crema de la intelectualidad francesa.

Cuando Allende es derrocado por el asesino Pinochet, la bala que tumba a Salvador Allende, llega también al pecho de Pablo Neruda. Muere el veintitrés de Septiembre de 1973, días después del derrocamiento de Allende. Pablo Neruda pidió ser enterrado en isla negra, ahí donde pasó sus mejores días con Matilde su compañera de vida.

La dictadura Pinochetista temerosa de que el pueblo chileno canonizara a Neruda y despertara con esto la consciencia social, saqueó su casa, destrozó su biblioteca y no contenta con tanto vandalismo, trasladó los restos del poeta a una fosa común en el cementerio municipal de Santiago. Donde afortunadamente la presidenta Bachelett reparó este agravio mayor perpetrado contra todo lo que representa la grandeza intelectual y poética de uno de los más preclaros he iluminados hijos de América Latina y lo sepultó en la isla negra frente al mar como en vida lo había solicitado el poeta, junto con su esposa Matilde Urrutia.

E-mail.- notario177@msn.com